Tania Valeria Robles Velázquez, de 25 años, comenzó a practicar la Natación a muy corta edad, por seguro de vida tras un incidente en unas vacaciones con su familia. Sin embargo, ese suceso la llevaría a convertirse en una atleta de alto rendimiento, multimedallista en diferentes competencias y, en la actualidad, a compartir su experiencia con atletas que tienen el gusto por este deporte.
“Yo inicié a los tres años, mis papás me metieron a la Natación para que yo aprendiera a nadar, después de unas vacaciones que mi madre no disfrutó mucho conmigo en el chapoteadero, entonces decidieron meterme a nadar como seguro de vida y me fue gustando, me fui enamorando del agua”, comentó la chiapaneca, nacida en Tuxtla Gutiérrez.
Durante sus clases, los entrenadores encontraron en Tania cualidades y aptitudes que podría desarrollar como atleta. “Les gustaba como nadaba y me acuerdo que, de hecho, estaba en una alberca chiquita y a la semana me pasaron a la alberca más grande y como seis meses después empecé a competir”, señaló.
Robles Velázquez comenzó en las competencias de alto rendimiento a los nueve años, con el apoyo de un entrenador cubano, Rafael Palacios, quien la llevó a ganar medalla de plata en Olimpiada Nacional a los 11 años de edad. Un año más tarde lograría sus tres primeras presas de oro, con dos récords nacionales y una medalla de bronce. No obstante, en 2004, tras la muerte de Palacios, Robles se quedó sin entrenador, por lo que decidió viajar a la Ciudad de México para concentrase con la selección nacional tras ser convocada.
“A partir de ahí vinieron las competencias internacionales, centroamericanos, mundiales, Mundial sub-17, Mundial sub-15 y TrailMix entre Estados Unidos, Canadá y México. En total, en Olimpiada Nacional fueron 18 medallas de oro, dos de plata y una medalla de bronce”, agrega la nadadora.
Durante el camino que Velázquez recorrió en este deporte, fue consciente de que cada logro conlleva sacrificios, y uno de estos fue superar una lesión que le impidió desarrollarse como deseaba. “Recuerdo mucho cuando sufrí una lesión en mi rodilla, fueron seis meses muy difíciles; fueron dos semanas que mi mamá me llevaba diario saliendo de la escuela a mis terapias y luego regresar a entrenar. Sentí la desesperación de que quieres dar el cien por ciento en tus entrenamientos y no puedes. Sí fue un golpe muy fuerte en mi carrera, pero pude superarlo”, relató.
Los logros cosechados por Tania no llegaron solos, pues detrás de todo esto estuvieron siempre sus padres. “Les agradezco mucho, yo no hubiera hecho nada sin su apoyo; mi mamá fue psicóloga, fue cocinera, fue nutrióloga, fue chófer, fue maestra, fue todo. Ellos han estado siempre; cuando yo me tropiezo, me levantan, en todos los aspectos de mi vida, no sería lo que yo soy si no fuera por ellos”, asegura.
Actualmente la chiapaneca, abogada de profesión, es la encargada de la alberca en la Secretaría de la Juventud, Recreación y Deporte (SJRyD), espacio público donde imparte clases a niños y niñas. “Estoy encargándome del área de la alberca, tratando de inyectarles esta pasión que yo tengo por la Natación para que siga creciendo en nuestro estado”, apuntó la atleta.
De igual forma, destacó: “Quiero promover el deporte y quiero apoyarlo, ya estuve de aquel lado como atleta y ahora quiero poner mi granito de arena para allanar el camino de los deportistas que vienen compartiendo los mismos sueños que yo tuve. Compartirles cuál es el secreto del éxito”.