La llegada de Santiago Solari al América no solo ha traído una de las mejores rachas del equipo en los últimos tiempos sino que además acabó con el caos que había en la última etapa de Miguel Herrera al frente.

Con el “Piojo”, el equipo no caminaba como se deseaba; había un sinfín de lesionados, el técnico se la pasaba expulsado y en peleas, y quizá lo más preocupante es que se hablaba del América por el desastre que vivía. Ahora no.

Si Solari no es el causante de este cambio, tiene mucho que ver, y esta forma de trabajar la forjó en su niñez, desde que empezó a patear la pelota, a decir de Eduardo Solari, padre del técnico de las Águilas, quien en México dirigió al Atlas, Morelia y Monterrey.

Desde pequeño, desde que corría en las canchas del club del barrio, el Renato Cesarini, allá en Rosario, se le veía algo especial a Santiago. “Era travieso, junto a su hermano Esteban, las que me hicieron pasar, pero igual era aplicado, muy responsable. Así fue como niño, así fue como futbolista y así es como técnico, por eso no me sorprende lo que está haciendo en el América”, dice Solari padre.

Cuando a Santiago le llegó la oferta de las Águilas, no pidió el consejo del padre. “Lo decidió solo, no me consultó nada, asumió su compromiso, y creo que está muy bien porque necesitaba de un desafío así”, afirmó.

Espera que los resultados le den continuidad a su proyecto. “Ojalá pudiera ser un proceso largo; es difícil en un club como el América. Le pasó a mi hermano Jorge, al mismo (Marcelo) Bielsa, la exigencia en un club de esta jerarquía es muy grande, ojalá que demuestre, como hasta ahora, aunque sabemos que el examen final siempre es luchar por el título”, añadió.