28 días

28 días

En 28 días, Sandra Bullock interpreta a Gwen Cummings, una escritora de una revista neoyorquina cuya vida gira en torno al alcohol, las fiestas y el descontrol. Después de provocar un accidente automovilístico ebria, un juez le da a elegir entre la cárcel o 28 días en un centro de rehabilitación.

Gwen opta por la rehabilitación, aunque inicialmente se resiste al proceso, burlándose de las reglas y de sus compañeros. Sin embargo, a medida que avanza su estancia, comienza a enfrentar sus demonios y a entender que su adicción es un problema real que está destruyendo su vida.

Para Sandra Bullock, 28 días representó un cambio de registro en su carrera. Después de consolidarse como la reina de la comedia romántica con éxitos como Mientras dormías (1995) y Miss Simpatía (2000), este papel le permitió explorar un personaje más complejo y dramático. Aunque la película recibió críticas mixtas, su interpretación fue elogiada por mostrar un lado más vulnerable y humano.

Este rol también demostró su versatilidad, preparando el terreno para futuros trabajos dramáticos como Crash (2004, por el que ganó un Óscar) y Gravity (2013). Además, consolidó su capacidad para equilibrar el humor con momentos emotivos, una cualidad que definiría muchas de sus actuaciones posteriores.

Algunos elogiaron el enfoque sincero de la cinta sobre la adicción y el desempeño de Bullock. La química entre los personajes secundarios (como Steve Buscemi como el consejero Cornell) añadió profundidad a la historia. Otros consideraron que el tono oscilaba demasiado entre la comedia ligera y el drama serio, lo que restaba impacto al mensaje. Algunos puristas del cine sobre rehabilitación la compararon desfavorablemente con películas más duras como Cuando un hombre ama a una mujer (1994).

A pesar de esto, la cinta encontró su audiencia, especialmente entre quienes valoraban su mensaje esperanzador. Con un presupuesto moderado, recaudó 62 millones a nivel mundial, demostrando que el tema resonaba con el público.

28 días puede no ser una obra maestra del cine, pero es una película honesta y conmovedora que aborda la adicción desde una perspectiva accesible. Sandra Bullock brilla en un papel que equilibra el humor y la tragedia, demostrando por qué es una de las actrices más queridas de Hollywood. Su legado reside en cómo logra entretener mientras invita a la reflexión sobre el perdón, la redención y el valor de pedir ayuda.

Temas cruciales

n La negación y la aceptación: Gwen personifica la clásica resistencia de un adicto que no reconoce su problema. Su evolución muestra cómo la aceptación es el primer paso hacia la recuperación.

n Las relaciones tóxicas: Su novio, Jasper (Dominic West), es un cómplice en su estilo de vida autodestructivo, lo que contrasta con el apoyo que encuentra en el centro.

n La importancia de la comunidad: A través de personajes como Eddie (Viggo Mortensen), un jugador de beisbol en rehabilitación, y Gerhardt (Alan Tudyk), un adicto sarcástico pero vulnerable, la película muestra que la recuperación no es un camino solitario.

n El perdón y la autoestima: Una de las escenas más poderosas es cuando Gwen escribe una carta a su hermana (Elizabeth Perkins), reconociendo cómo su comportamiento la ha lastimado. Este acto simboliza su crecimiento emocional.