Para Emma Heming, esposa de Bruce Willis, la Navidad ya no se vive como antes. La modelo y autora compartió un ensayo íntimo en el que reflexiona sobre los retos emocionales que enfrentan ella y su familia mientras el actor vive con demencia.
“Las fiestas tienen una forma de servir como espejo, reflejando quiénes hemos sido, quiénes somos y cómo imaginábamos que serían. Cuando cuidas a alguien con demencia, ese reflejo puede ser especialmente conmovedor”, escribe Heming en un texto publicado en su sitio web titulado “Las vacaciones lucen diferentes ahora”.
La también actriz señala que vivir las tradiciones solía ser sencillo, pero ahora requiere una planificación distinta. Explica que fechas que antes estaban rodeadas de alegría hoy también pueden traer dolor. “Lo sé porque lo estoy viviendo. Sin embargo, a pesar de eso, todavía puede haber significado. Todavía puede haber calidez. Todavía puede haber alegría. He aprendido que las fiestas no desaparecen cuando la demencia entra en tu vida. Cambian”, describe con esperanza.
Acompañamiento
Heming añade que quienes ven deteriorarse la salud de un ser querido merecen llorar esa pérdida, incluso cuando la persona sigue presente físicamente, y subraya que el duelo también forma parte de los cambios que los cuidadores conocen bien. “Pertenece a la ausencia de rutinas, conversaciones o roles que alguna vez fueron tan familiares que nunca imaginaste que terminarían”, escribe.
En su reflexión, también recuerda al actor con quien se casó en marzo de 2009 y cómo él disfrutaba especialmente la temporada decembrina. “Para mí, las fiestas traen recuerdos de Bruce como el centro de todo. Le encantaba esta época del año: la energía, el tiempo en familia, las tradiciones”, comparte. “Era el que hacía panqueques, el que salía a la nieve con los niños, la presencia constante que recorría la casa a medida que transcurría el día”.
Emma Heming reconoce que, aunque la demencia no borra esos recuerdos, sí crea un vacío que duele y que puede manifestarse de distintas maneras. “Puede llegar mientras sacas los adornos del almacenamiento, envuelves regalos o escuchas una canción conocida”, señala, o incluso “tomarte por sorpresa en medio de una habitación llena de gente, o en el momento tranquilo cuando todos los demás se han ido a dormir”.
La modelo confiesa que una de las partes más difíciles de la Navidad como cuidadora es la presión, externa e interna, por hacer que todo se sienta “normal”.












