Recientemente se dio a conocer que Gabriela, la hermana de Anel Noreña, murió el lunes pasado en una casa de reposo en la que la exesposa de José José la internó, motivo por el cual se ha sugerido que fue ella la responsable de su deceso, debido a que decidió que otras personas se hicieran cargo de ella, pero Anel ya salió a desmentir esas versiones y es así cómo se defiende.
Pese a que Gabriela era una mujer de edad, con muchos problemas de salud, su deceso ha llamado mucho la atención, debido a que ocurrió en circunstancias familiares delicadas, según contó a Ventaneando la propia Anel, cuando fue captada arribando al panteón en donde incineraron los restos de su hermana, mismos en el que descansa el intérprete de “Almohada”.
Acompañada de su hijo mayor, José Joel, Anel dio a conocer los pormenores de la llegada de Gabriela a la Ciudad de México, pues originalmente residía en la ciudad de Las Vegas, en la cual viven también su hermano Manuel y los hijos de este, sin embargo, la actriz confió que esta parte de la familia no se hacía cargo de Gabriela y que, desde hacía mucho tiempo, la habían dejado sola y a su suerte, pese al enfisema pulmonar y los problemas cardiacos que padecía.
“Es una situación especial porque mi hermanita se fue al cielo el lunes, gracias a Dios, con todo el confort, con toda la atención y en mis brazos”, confió Anel, quien además dijo que Gabriela llegó al país desde el 28 de diciembre, misma fecha en que fue ingresada en la residencia para adultas y adultos Gonzalo Cosío Ducoing, ubicada en Lomas de Chapultepec.
“Nos fuimos al hogar; le pusimos su recámara hermosa y todo”, destacó, sin embargo, reconoció que Gabriela llegó en un estado visiblemente deteriorado. “Venía muy delicada de todas las afecciones, de una vida de enfermedad”, pues su hermana tenía un marcapasos, aparato que ayuda a regular el ritmo insuficiente de los latidos del corazón, y, además, padecía de enfisema pulmonar, pues reconoció que Gabriela fumó a lo largo de toda su vida.
De esta manera, Anel planteó que fue Manuel, otro de sus hermanos, que envió a México a Gabriela, a sabiendas de que en el momento de su arribó a nuestro país, Anel no contaba con una casa en la que recibirla, debido a que está cambiándose de domicilio. Sin embargo, Manolo, como también lo nombró, ya no podía hacerse cargo de ella. “(Vino) a quedarse conmigo porque ya en Las Vegas no tenía a absolutamente a nadie que la volteara a ver”, detalló.
La actriz detalló que su sobrino, el hijo de su hermano Manuel, fue quien presionó para mandar a Gabriela en un avión a la Ciudad de México, pese a que Anel les había advertido que se encontraba en Puebla, por lo que les pedía que esperaran que ella regresara de ese viaje; sin embargo, no hicieron caso a su petición y, cuando recogieron a su hermana en el aeropuerto, se llevaron una gran sorpresa.
Al reencontrarse con su hermana, Anel se sorprendió por el estado “deplorable” —como ella misma describió— en el que se encontraba, pues detalló que lucía desarreglada y sin bañarse, como si se tratara de una persona en situación de calle. “La mandó con una cobija como de perro, es unas fachas como que agarraron un indigente y lo aventaron ahí, pero gracias a Dios llegó, fuimos por ella al aeropuerto, la llevamos luego al hogar, le arreglé una recamara muy bonita y pasamos unos días muy buenos”, destacó.
Finalmente, dijo que los señalamientos que la responsabilizan de su deceso, los “toma de quien vienen”, pues mencionó que el comportamiento de sus hermanos es “vergonzoso”, y detalló que sus restos de Gabriela descansaran en la colonia Las Águilas, donde tienen una cripta familiar de la familia Noreña.