Alexis Hernández Peña es un joven director cinematográfico de 27 años originario de Iztapalapa y fundador de la productora Besia Films. Recientemente, su cortometraje Atrapado en el limbo fue galardonado en festivales de Europa.
En Grecia, obtuvo mención honorífica en el Athens International Monthly Art Film Festival, mientras que en Inglaterra fue ganador del premio de la elección de la audiencia en el Festival Internacional Lift Off Global Network Sessions.
Alexis platicó sobre la realización de este trabajo. “El mundo necesita que se cuenten historias. El mundo necesita que conectemos unos con los otros. El cine tiene esta magia y capacidad de generar empatía. El cine es un medio de transmisión de emociones, pero también de conocimiento”, mencionó.
Refleja la lucha contra adicciones
Filmado en instalaciones del CCH Oriente de la UNAM, Iztapalapa y Tláhuac, Atrapado en el limbo narra la historia de Cristopher, un adolescente que se deja influenciar por sus amigos para asistir a fiestas, ingerir sustancias y beber alcohol hasta perder el rumbo.
“Este trabajo es, de alguna forma, crudo. Sin embargo, ayuda a ver que detrás de ciertos problemas hay más problemas que se tienen que visualizar y reflexionar. No solo es juzgar, sino empatizar con las personas debido a que quizás vivieron cosas difíciles o están pasando un mal momento. El mensaje del corto es que hay que pensar más en los otros para poder comprenderlos”, expresó.
Este proyecto nació cuando Alexis estudiaba en CCH Oriente. En aquel entonces, el cineasta se percató de que tanto en la comunidad estudiantil de su plantel como en su alcaldía Iztapalapa había problemas serios con el alcoholismo y las adicciones. Por ello, realizó una investigación documental previa a la grabación para “a través del séptimo arte aportar algo a la gente mediante temáticas sociales”.
Respecto a estos reconocimientos internacionales hacia su obra se muestra emocionado y feliz de representar a México en el extranjero y confiesa que “las palabras le quedan chicas para expresar lo mucho que siente”. De igual manera, agradece este triunfo a sus amistades, familiares y a la comunidad en general, quienes le han mostrado apoyo en todo momento, ya que “sin ese cobijo nada de esto sería realidad”.
Transformar limitaciones
“Es complicado realizar cine independiente, precisamente por las limitaciones que hay: económicas y de equipo”, indica. No obstante, enfatizó que estos obstáculos han ayudado a potenciar su trabajo. En un comienzo tenía planeado un proyecto de mayor presupuesto, pero debido a las limitaciones económicas decidió darle un enfoque más emocional, priorizando los sentimientos de los personajes.
Para él, grabar en Iztapalapa fue difícil porque “nos llegamos a sentir expuestos en la calle con el equipo”, comentó. Por fortuna, ese temor se desvaneció durante la filmación al sentir al apoyo y la calidez de la comunidad ciudadana: “Sentí que nos respaldaban porque mostraban interés en nosotros”.
Influenciado por la filmografía de Alfonso Cuarón, desde la edad de seis años comenzó a recrear escenas de películas: “En aquel entonces, veía el filmar algo profesional como un sueño inalcanzable”.