Algunos personajes de leyendas

Hoy, en el día de todos los santos, una celebración muy mexicana en la que el miedo a lo sobrenatural se puede llegar a apoderar de nuestra mente, es común escuchar historias de terror que se han hecho populares mediante la tradición oral.

En los pueblos y colonias de Chiapas salen a relucir algunas leyendas que son contadas por los abuelos u otras personas mayores, que para dar más credibilidad en sus narraciones afirman que les sucedió a personas que conocieron en vida.

Estos son algunos de los personajes que protagonizan las leyendas tradicionales. Seres que vagan por las noches tratando de encontrar el descanso, pues su alma aún sigue penando.

La Tisigua

Se dice que nació porque los ancianos no querían que los jóvenes anduvieran “de locos” por los ranchos y pueblos, ni molestando a las mujeres que se encontraban en pozas y ríos. La Tisigua solía rondar por ahí. Se dice que llamaba la atención de los incautos con palmadas y silbidos, que era muy hermosa y que quienes se acercaban a ella perdían la razón y se quedaban así por siempre.

La carreta de San Pascualito

Esta es una de las historias más añejas y que más susto pueden dar. Se dice que por los años 1800, en las calles empedradas de Tuxtla se escuchaba una vieja carreta acercándose, la cual se detenía en la casa de alguna persona moribunda que minutos más tarde fallecía. Pasaba tan cerca que se escuchaban las cadenas moviéndose al paso de las bestias, trayendo consigo un viento frío y sepulcral que invadía los hogares al pasar.

El Cadejo

Los cadejos negros son perros fantasmales de gran tamaño, de color negro y brillantes ojos rojos, que vagan por las noches para asustar, atacar o, según ciertas versiones, matar a individuos malos o inmorales. Para contrarrestarlos están los cadejos blancos, que protegen de los cadejos negros, entablando con estos, de ser necesario, encarnizados combates.

El Sombrerón

Generalmente es una leyenda de los pueblos alejados de la urbanización. Este hombre de mediana altura que ronda por los valles y silba para llamar al ganado se caracteriza por usar un gran sombrero que le tapa la cara. Se dice que su aparición puede ocurrir de noche o de día.

El Malo

Generalmente es conocido también como el diablo. Se viste todo de negro y siempre va en caballo de gran altura y musculoso. Según los viejos, nunca hay que verlo a los ojos porque es posible que “les gane su alma”. Visita a las personas que tienen mucho dinero, pues se cree que le han vendido su alma y viene a llevársela.

La Llorona

Vaga por las calles, generalmente gritando “¡ay, mis hijos!”, pues cuentan que era una mujer indígena que tuvo un romance con un español y engendró tres hijos, pero el español la abandonó para casarse con una española. Al enterarse de esto, la Llorona apuñaló a sus pequeños y los lanzó al río. Después se suicidó y desde entonces su espíritu deambula.