La novela Mal de amores, de Ángeles Mastretta; Los corruptores, de Jorge Zepeda Patterson, y No tengo miedo, de Niccolò Ammaniti, son algunas historias basadas en libros que en 2026 lanzará Netflix como serie. Además, resaltan que la plataforma ya comenzó con el trabajo de adaptación de Aura, la obra de Carlos Fuentes, al formato de película.
Carolina Leconte, VP de Contenido para Netflix en México y de Licencias en Latinoamérica, platicó sobre el trabajo hecho con escritores para que sus historias sean llevadas al streaming.
El evento se llevó a cabo en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, con temas como “Del libro a la pantalla: la voz y agencia de las mujeres”; “Ibargüengoitia en la visión cinematográfica de Luis Estrada: estilo, sátira y narrativa” y “Q&A con Javier Castillo y la adaptación a la pantalla de ‘El Cuco de cristal’” (5 diciembre).
“Tenemos la responsabilidad muy grande de hallar esas historias que logran trascender al lenguaje audiovisual. En algunas, Pedro Páramo, de Juan Rulfo, o Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor, era mejor el lenguaje audiovisual de las películas. Pero hay otros títulos que tienen líneas dramáticas que necesitan más tiempo”, declaró.
De las páginas a la pantalla
Este año Netflix adaptó seis libros a series. “Por ejemplo, ‘Nadie nos vio partir’, de Tamara Trottner, intentamos que la historia resonara en tiempo de una hora y media, fue imposible. Nos fascinaron los personajes y entendimos que acá no había ni malos ni buenos ni blancos ni negros, que la serie era la mejor narrativa para potenciar la historia”, detalla.
De igual forma, cuenta que es el equipo de contenido con diferentes profesionales quienes hacen transitar la obra literaria en una obra audiovisual. “Con ‘Mal de amores’, una serie que estamos adaptando del libro de Ángeles Mastretta, la dirección es de Catalina Aguilar Mastretta y Humberto Hinojosa, desde el principio hicimos un trabajo colaborativo que incluyó a Ángeles Mastretta”, refiere.
Para Leconte, hay historias que necesitan un nuevo matiz: “No es coger un libro y traspasarlo, es decantarlo para respetar el ADN, porque por eso nos enamoramos de la historia, pero también es entender cuál es la mejor manera de contarlo hoy día”.
Por ello, dice, valoran mucho trabajar con los autores. “No podemos hacer una obra literaria mejor, pero si podemos acercar nuevas generaciones a estos contenidos”, afirma.












