Altares zoques y temibles leyendas

"Sara Regalado * CP. Para celebrar el Día de Muertos, la Escuela de Artes de la Unicach organizó un festival que incluyó exposición de altares, performance, leyendas personificadas y conferencias acerca de las tradiciones que rigen al estado de Chiapas, enfocadas en los difuntos.

Entre las charlas resaltó la impartida por Sergio de la Cruz, investigador de la cultura zoque, quien expuso lo más sobresaliente y representativo de los altares que se realizan en esta cultura para quienes ya partieron de la Tierra.

Mencionó que, por lo general, un altar zoque debe tener tres niveles, que representan el Paraíso, la Tierra y el inframundo. A decir del experto, el papel picado no está dentro de los adornos tradicionales de un altar zoque, ""y menos el morado y anaranjado, pues son los colores que representan al Halloween""; en su lugar se utilizan flores naturales y juncia.

De la Cruz apuntó, en el auditorio de la Escuela de Artes y ante un público compuesto por alumnos de Historia, Gestión Cultural y Artes, que las culturas y tradiciones, si no se renuevan, mueren, por lo que los zoques se han ido adaptando a los nuevos usos de la sociedad, para permanecer, así que no existe una receta establecida para poner un altar de muertos zoques: ""Puede haber ejemplos, pero de un hogar a otro varían mucho, según la creatividad de la familia que lo pone, o según el difunto al que va dedicado"".

Por su parte, otro promotor de la cultura zoque a quien llaman ""Tío Toñito"" platicó que en los altares de sus antepasados: ""No pueden faltar la calabaza, el tamal, el atol agrio, el chocolate, los cigarros y la botellita de trago"".

Sobre la cosmogonía zoque referente a los muertos, mencionó que, desde el día primero, los difuntos llegan en grupo. ""Primero llegan los angelitos, como a las 8 de la noche, y luego, a las 11, llegan las almas grandes y es muy importante que se les esperen, sino las almas se regresan llorando. Para el día 3, se tocan las campanas todo el día porque ya se van los muertos"", relato don Toñito.

En el pasillo principal de la Escuela de Artes se expusieron altares y algunos alumnos personificaron leyendas chiapanecas como ""El Sombrerón"", ""La Mala Mujer"" y ""La Tishanila"".

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