Andrés Fábregas Roca, un exiliado ejemplar
La primera mesa, con Maricarmen Fábregas, Antonio Durán, José Martínez y Socorro Trejo. Darwin Mendoza

Con dos mesas redondas se recordó al maestro Andrés Fábregas Roca, en la casa de la cultura Luis Alaminos Guerrero, donde se habló de su vida como exiliado republicano, educador de generaciones, crítico del entorno cultural de su tiempo e impulsor y organizador de instituciones.

Ambas mesas fueron moderadas por la promotora cultural Maricarmen Fábregas Puig, y en la primera participaron la escritora Socorro Trejo Sirvent y los académicos José Martínez Torres y Antonio Durán Ruiz.

En un boletín emitido por el Instituto Tuxtleco de Arte y Cultura, su director, el cronista Marco Antonio Orozco Zuarth, destacó que estos eventos tienen la finalidad de “reconocer y resaltar la importancia de aquellos personajes que cimentaron las bases de nuestra ciudad y que son ejemplo para las actuales y futuras generaciones”. En ese sentido, destacó que desde hace algunos meses se han venido realizando estos eventos que llevan por nombre “Personajes que dejaron huella”.

En la segunda mesa participaron los hijos del maestro Fábregas: Miguel, José y Mercedes. Primeramente, Miguel habló de cómo el maestro salió de España en el mes de junio de 1940, cuando se embarcó en un buque carguero para llegar al puerto de Santo Domingo, de donde partió con destino a México. A su llegada, fueron varios los que pidieron asilo a Lázaro Cárdenas, quien accedió. El maestro Fábregas quedó en el grupo que vendría a Chiapas, y una vez aquí, en Tuxtla, el primer contacto que tiene es con don Antonio Puig y Pascual, quien a la postre se convertiría en su suegro. Ya en Chiapas, Fábregas Roca fue maestro de inglés y después formó parte del Ateneo, el cual presidió durante un tiempo, para después instaurar el Premio Chiapas.

En su participación, José Fábregas habló de su gusto por la lectura, mismo que empezó cuando su padre le regaló el libro Los tres mosqueteros, iniciando así un constante viaje “de la Tierra a la Luna”. Compartió que siempre leyó bajo la supervisión de su padre, quien siempre tuvo el interés de saber qué es lo que estaba leyendo. Destacó que la biblioteca del maestro Fábregas Roca fue muy vasta y que fue “el paraíso imaginado por Borges”.

Por su parte, Mercedes habló del maestro Fábregas en su papel de padre y contó que su buen humor lo rescató de un campo de concentración. “Él siempre dijo que haber llegado a Tuxtla fue como estar en el paraíso”, destacó. Y agregó que su papá ya no pudo ser parte de un homenaje que le harían a Lázaro Cárdenas, porque falleció meses antes.

En el boletín señalan que el maestro Andrés Fábregas Roca fue parte del Ateneo de Ciencias y Artes de Chiapas, así como fundador del Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas, conocido como ICACH.