Anexión o federación de Chiapas son indistintos

Chiapas: de provincia guatemalteca a estado federal mexicano es el más reciente libro del historiador Arturo Corzo, con el cual suma nuevos elementos a este proceso histórico de la entidad. El autor, quien accedió a una entrevista con esta casa editorial, explica cuáles fueron las inquietudes que lo llevaron a escribir sobre este tema. También habla de su proceso de investigación y opina que es indistinto hablar de una anexión o de una federación, ya que el resultado es el mismo.

El libro se puede descargar en la siguiente dirección: http://u094.upnvirtual.edu.mx/images/publicaciones/chiapas_arturo-corzo-gamboa.pdf.

¿Qué le interesó del tema?

En particular, 3 sucesos: la independencia de Chiapas, su anexión al imperio mexicano y, luego de la destrucción de este, su unión a la federación mexicana.

¿Qué tiempo le llevó escribir el libro?

Desde que era estudiante en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM empecé a reflexionar en los cambios políticos y sociales que experimentaron las seis provincias que componían la Capitanía General de Guatemala. Chiapas, tierra en la que nací, llamó poderosamente mi atención. Lo poco que entonces escribí al respecto se limita a trabajos monográficos que presenté a mis maestros. No era posible aún escribir algo más detallado.

Para eso requería de algunos años más. En 1990 la tesis que presenté para obtener el título de licenciado en Historia era un esquema de los años de la independencia en Chiapas; seguí desarrollando el tema y pude alcanzar los grados de maestro y de doctor en la materia. Las ideas fueron materializándose poco a poco.

¿Qué editorial le permite publicar este texto, y qué opina de que aún se estén imprimiendo libros? Porque se decía que estos perderían el interés del lector ante la aparición de nuevos métodos de lectura…

No tengo nexos con ninguna editorial ni instituto académico. Soy jubilado y trabajo según me lo permite mi estado de salud. Quiero pensar que mi trabajo alcanzará una difusión aceptable por el medio digital y que habrá quienes lo lean con interés.

Los libros siempre serán un atractivo para los lectores: cada libro en sus manos se convierte en parte de él y puede leerlo y disfrutarlo a su conveniencia en el tiempo y en el lugar que quiera o pueda.

Mucho se ha escrito y hablado sobre este tema. ¿Qué nuevos elementos aborda para atraer al lector?

Presento las disposiciones que emitió la Junta Suprema Gubernativa de Chiapas, la cual fue instituida al derrumbarse el Imperio Mexicano en 1823. Sobresalen el decreto “de bases” del 31 de julio y las circulares del 16 de diciembre y del 24 de marzo de 1824, en los que la Junta hace su mejor esfuerzo para que los chiapanecos decidieran unirse a la federación mexicana o a la de las Provincias Unidas del Centro de América. Los pueblos de la provincia debían hacer un “pronunciamiento de reincorporación” expresando su preferencia. Los documentos son analizados para dar sustento a las explicaciones que presento. Los incluyo en los Anexos: son 36. En las investigaciones que aparecieron antes que la mía, sus autores agregaron los que les parecieron necesarios, pero no relacionaron su contenido con los acontecimientos. Es muy importante tomar en cuenta que, entre 1823 y 1824, cuando se desarrolló el proceso de agregación a una de las federaciones limítrofes, la opción estuvo entre la República Mexicana y la República de las Provincias Unidas del Centro de América, no entre México y Guatemala como se acostumbra decir en forma imprecisa. Guatemala era una parte de las Provincias Unidas, al lado de Honduras, San Salvador, Nicaragua y Costa Rica.

La polémica se hace presente porque muchos afirman que este proceso es una federación, mientras que otros insisten en que se trató de una anexión. ¿Qué opina usted al respecto?

El paso que dio Chiapas al convertirse en estado federal mexicano implica que dejó el lugar que durante 250 años ocupó como provincia integrante de la Capitanía General de Guatemala. En 1821 las autoridades chiapanecas solicitaron que su provincia fuera aceptada en el imperio mexicano junto a las mexicanas; es decir, gestionaron su anexión. La solicitud prosperó, pero el imperio no pudo sostenerse. De modo que, entre 1823 y1824, habiéndose constituido la federación mexicana, la Junta suprema organizó un proceso electivo para que los chiapanecos eligieran a qué federación querían unirse: a la mexicana o a la de las Provincias Unidas del Centro de América. Es, pues, indistinto, y carece de importancia decir anexión, unión, federación, adhesión... el resultado es el mismo.

Se dice que este proceso fue democrático, debido a que se tomó en cuenta al pueblo y este optó por ser parte del territorio mexicano; sin embargo, algunos historiadores dicen que solo fue una élite la que habló por todos…

Es definitivo que el pueblo en general no pudo optar por ser parte de México: la cantidad de indígenas que no hablaba español era mayoritaria, otros no comprendieron la naturaleza del proceso y otros más no mostraron interés alguno. En cuanto a lo democrático del proceso, eso es cuestionable, pues lo que se hizo fue agrupar la cantidad de habitantes de cada pueblo, hacer la suma y declarar qué nación obtuvo la mayoría. En esta mayoría había adultos y jóvenes, hombres y mujeres que no hablaban español. Todos fueron contados, hasta los lactantes. Éstos no pudieron decidir conscientemente que la provincia fuera parte del territorio mexicano.

Es indiscutible que los representantes de Ciudad Real, Simojovel, Huixtán, Comitán y San Andrés, que tenían el poder en sus manos, hablaron por todos, y debe aceptarse que no pudo haber sido de otra manera.

¿En dónde radica la importancia de hablar de la historia del estado de Chiapas?

Para comprender qué somos ahora, los chiapanecos debemos tener presente nuestro pasado histórico. Durante la época colonial Chiapas fue una provincia perteneciente a la Capitanía General de Guatemala. Nuestra historia está ligada a Centroamérica y no debemos olvidar ese aspecto porque constituye el cimiento de nuestra presencia en el mundo. Tuvimos la fortuna de poder elegir nuestro destino; pocos pueblos pueden hacerlo. Aprovechemos, para bien, el conocimiento de esa etapa que nos ubicó entre dos entrañables pueblos, siendo, desde 1824, parte integrante de uno de ellos.