A Ángela Aguilar no le bastó con incursionar como modelo en la campaña de lencería de Rihanna, sino que la joven cantante sigue probando diferentes actividades en las que cuales desarrollarse y, en esta ocasión, probó sus habilidades para despachar una taquería, en que repartió quesadillas y tacos de birria, y le fue tan bien que sugirió que podría dejar la cantada para dedicarse al negocio de comida.
La intérprete de 19 años ha conquistado a su público no solo por su gran talento, sino por la sencillez que la ha caracterizado, pero en esta ocasión, su carisma y autenticidad fueron llevados a otro nivel, luego de que Ángela aceptara el reto de atender una taquería, para que probara cómo le iba despachando a las y los clientes de Teddy’s Red Tacos, una famosa taquería del sur de California.
El nuevo oficio de la intérprete de “Ahí donde me ven” fue documentado en uno de los videos que su padre, Pepe Aguilar, comparte en su canal de Youtube. El reto de que Ángela despachara un food truck comenzó cuando su papá comentó, tras camerinos, el hecho de que la birria se encuentra cada vez más presente en los negocios y las cocinas de Estados Unidos.
“Les platico —plantea Aguilar—, en los últimos tres años, cuatro, aquí en la ciudad de Los Ángeles (muchos no me dejaran mentir), empezó una moda por los tacos de birria y John Legend contrató al compa que nos va a dar tacos hoy. Yo lo vi en Instagram y dije ‘los tengo que probar’”.
De esa manera, el intérprete de “Por mujeres como tú”, llevó a una de sus presentaciones de “Jaripeo sin fronteras”, al mismo taquero que el cantante John Legend ya había probado. De acuerdo con Pepe, los tacos de Teddy’s Red están servidos con queso y consomé.
A la hora de la comida, todos y cada uno de los integrantes de la familia Aguilar se hizo presente, hasta “el gordo”, como le dice de cariño Ángela a su perrito pug, quien también probó la famosa birria que ha dado vuelta a todo Estados Unidos, según los relatos del músico de regional mexicano. El cachorrito está tan consentido que tuvieron que soplarse a su plato para que la carne no estuviera tan caliente y la pudiera degustar sin problemas.