Esta miniserie de seis capítulos intensos explora el lado más oscuro de una vida que parecía ideal, pero que en realidad está marcada por secretos, violencia y una lucha imparable por la libertad.
Ángela es un thriller psicológico y drama que se sumerge en la complejidad de una vida aparentemente perfecta que oculta una realidad oscura y dolorosa.
La historia sigue a Ángela Rekarte Tomasena, una mujer cuya existencia en la superficie parece idílica, con un esposo atento y dos hijas encantadoras, pero que se desmorona tras la sombra de un marido controlador y violento, Gonzalo Lara Ormazabal.
A lo largo de sus seis intensos capítulos, la serie despliega una trama marcada por secretos, violencia doméstica y la lucha desesperada de la protagonista por liberarse y proteger a sus hijas.
El abuso psicológico y físico, aunque a menudo invisible, deja profundas heridas y destruye la autoestima. La situación del personaje principal da un giro cuando Eduardo Silva, o Edu, un antiguo amigo del pasado con una misión oculta, reaparece.
Su regreso actúa como un detonante, haciendo que las apariencias se rompan y se revelen verdades inquietantes que desafían todo lo que la protagonista creía saber.
¿Por qué ver la serie Ángela?
Posiblemente no será una serie memorable, pero es una ficción entretenida, excelentemente rodada y con un guión bien armado que, si en algún momento puede parecer previsible, no lo es en absoluto… te sorprenderá en más de una ocasión.
Un elenco de buenos actores y actrices, capitaneados por Verónica Sánchez, y una trama a caballo entre el thriller y el drama, pueden ser la respuesta al éxito de la serie española que ocupa los primeros puestos de las ficciones más vistas en la plataforma líder.
También encontramos localizaciones que se salen del sota-caballo-rey de las grandes urbes para viajar hasta las muchas veces olvidadas periferias; sin olvidarnos de que se trata de una historia clara y directa cerrada en 6 episodios, sin segundas partes a la vista. Todos estos elementos completan el posible cóctel de éxito de esta ficción, que ya había pasado antes por Atresplayer, sin suscitar demasiada atención.
Historia de abuso queno recurre al morbo
En Ángela, la violencia de género está en el centro del relato, pero la serie evita recrearse en el sufrimiento de la protagonista o convertir su dolor en espectáculo. La cámara nunca se regodea. En su lugar, opta por mostrar las múltiples caras, principalmente, del abuso psicológico: la manipulación, el aislamiento o la culpa. No necesita grandes alardes visuales para incomodar, porque lo que narra lo hace desde la más absoluta cotidianidad.
El guión, con las manos de Sara Cano, Paula Fabra y Leire Albinarrate detrás, consigue algo difícil: retratar una situación límite sin caer en el cliché. Aunque en un primer momento pueda parecer tendente a recaer en temas manidos o tratados con cierta banalidad, si le das una oportunidad, verás que esconde mucho más de lo que se intuye en unos primeros minutos.
Localizaciones en Vizcaya
La serie no solo brilla por sus interpretaciones, sino también por el protagonismo casi atmosférico de la provincia de Vizcaya. Las localizaciones elegidas están tan integradas en la trama que más que escenarios parecen personajes secundarios.
Algunas de las localizaciones más destacadas son Mungía, donde vemos la vida cotidiana de Ángela; Mundaka, para aportar ese aire salvaje y melancólico que introduce en la historia el personaje de Edu, interpretado por Jaime Zatarain; las localidades de Ea y Bermeo, otros dos rincones costeros que aparecen en varios momentos clave. Ea, con su puente de piedra; y Bermeo, con su casco histórico y puerto. Y no podía faltar Bilbao para aportar dinamismo a la narrativa y aportar el contrapunto cosmopolita como contraste a los paisajes rurales.
Un thriller sobrio y eficaz
Aunque podría haberse decantado por una trama de venganza o por un giro espectacular de esos que hacen retumbar las redes sociales, Ángela se sostiene en su sencillez. Cada paso que da la protagonista está cargado de tensión, sí, pero no por artificio narrativo, sino porque cada decisión tiene consecuencias verosímiles.
Los giros de guión existen, y alguno es bastante sorprendente, pero no rompen con la lógica del relato ni con su tono contenido. La dirección de Norberto López Amado trabaja al servicio de la historia: la fotografía, el montaje, la música… Todo está bien escogido. La puesta en escena es elegante, pero no podemos decir que sea pretenciosa. No hay planos forzados, ni piruetas visuales innecesarias.
La historia se cierra
Entendemos lo goloso que puede ser escribir una historia con voluntad de continuidad, pero en muchos casos vemos como ese “estirar el chicle” se convierte en la tumba de muchas buenas producciones que deberían haberse quedado en una temporada, a lo sumo, en dos. Conocemos todo un mundo de series eternas, que se alargan por decreto o se cancelan sin cerrar tramas.
En este sentido, Ángela es un alivio: seis episodios, sin promesas de futuras temporadas, con un principio, un desarrollo y un desenlace. Ni precuelas, ni spin-offs, ni universos expandidos, ni leches en vinagre. Una historia que empieza y termina y que, además, deja muy buen sabor de boca.
A lo mejor no ocupará los primeros puestos de los rankings de las mejores del año, pero es una ficción que funciona como un tiro. Una trama interesante, con interpretaciones sólidas y una mirada honesta hacia el abuso y sus profundas raíces en cualquier estrato social. En una era de sobresaturación de contenidos, es una de esas series que te recomendamos no dejar pasar.