Nacida el 20 de diciembre de 1997, en El Cairo, Egipto, de padres originarios de Sudán del Sur, la infancia de Anok Yai estuvo marcada por transiciones y nuevos comienzos. A los dos años, su familia se mudó a Manchester, New Hampshire, en busca de mejores oportunidades. Al crecer en una comunidad predominantemente blanca, Yai enfrentó desafíos culturales y sociales, pero encontró fuerza en su identidad.
Sus intereses académicos la llevaron a la Universidad Estatal de Plymouth, donde estudió bioquímica con la ilusión de ser doctora. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado en octubre de 2017, durante la semana de bienvenida de la Universidad Howard. Un fotógrafo capturó su imagen, que rápidamente se viralizó en Instagram, acumulando más de 20 mil “me gusta” en un solo día. Ese instante la catapultó al estrellato del modelaje.
Después de recibir ofertas de numerosas agencias, Yai firmó con Next Model Management, lo que marcó el comienzo de su meteórico ascenso en el mundo de la moda. La entrada de Yai en la alta costura fue histórica. En febrero de 2018, se convirtió en la primera modelo de ascendencia sursudanesa y la segunda modelo negra, después de Naomi Campbell en 1997, en inaugurar un desfile de Prada.
Este logro no solo representó un hito personal para Yai, sino también una declaración sobre la dinámica cambiante de la industria de la moda. La pasarela de Prada ha sido históricamente una plataforma de lanzamiento para figuras de primer nivel, y la presencia de Yai fue un testimonio de su innegable talento.
Al reflexionar sobre este momento, Yai expresó un inmenso orgullo por representar su herencia e inspirar a otros a abrazar su singularidad.
Una carrera estelar en la pasarela
Desde su debut en Prada, Yai ha desfilado en innumerables pasarelas prestigiosas, consolidando su lugar entre la élite de la industria. Ha desfilado para marcas icónicas como Chanel, Versace, Tom Ford, Mugler y Alexander McQueen, dejando al público maravillado con su presencia.
Uno de sus momentos más memorables se produjo durante la Semana de la Moda de París en octubre de 2024, donde cerró el desfile de Vetements Primavera 2025 con un vestido de novia dramático y voluminoso. Al final de la pasarela, Yai se lanzó espontáneamente tras bambalinas, creando un momento viral de “novia a la fuga” que personificó su habilidad para combinar la alta costura con la cercanía y la diversión.
El rostro de las campañas globales
El atractivo de Yai va mucho más allá de la pasarela. Se ha convertido en un rostro codiciado para campañas publicitarias globales, trabajando con grandes marcas como Nike, Alexander Wang y Estée Lauder. Su versatilidad como modelo le permite pasar con fluidez de looks de pasarela vibrantes a sesiones editoriales emotivas y cautivadoras.
Ha aparecido en las portadas de prestigiosas publicaciones, como Vogue Italia, Vogue Reino Unido, W Magazine y ELLE. Cada aparición subraya su capacidad para encarnar una amplia gama de estéticas, consolidando aún más su estatus como ícono de la moda.
Abogando por la inclusión
La influencia de Yai va más allá de sus logros como modelo. Ha sido una firme defensora de la diversidad en la industria de la moda, visibilizando los desafíos únicos que enfrentan las modelos negras. Ha hablado abiertamente sobre temas como la falta de maquilladores expertos en pieles oscuras y de estilistas con experiencia en cabello con textura.
Al principio de su carrera, Yai decidió conscientemente llevar su cabello natural, a menudo peinado con afros o trenzas africanas, desafiando los estándares de belleza convencionales. Su audacia al abrazar su herencia no solo ha inspirado a otros, sino que también ha impulsado importantes conversaciones dentro de la industria sobre representación e inclusión.
Un legado en construcción
La trayectoria de Anok Yai, desde un momento viral fortuito hasta convertirse en una de las modelos más solicitadas del mundo, es un testimonio de su resiliencia, talento y autenticidad. No solo ha redefinido los estándares de belleza, sino que también ha utilizado su plataforma para promover un cambio significativo en la industria.
Mientras continúa rompiendo barreras e inspirando a las generaciones futuras, la historia de Yai sirve como un poderoso recordatorio del potencial transformador de la individualidad y la determinación. Su legado es de empoderamiento, demostrando que abrazar la identidad única puede conducir al éxito extraordinario.