La memoria, las ficciones que nos creamos para decir quiénes somos, el deseo y el logro de desaparecer de este mundo agresivo y violento, pero también la violencia soterrada, pero latente que provocan la ansiedad y el miedo contemporáneo, sin dejar de ver el pasado, la infancia, la locura y la vida cotidiana, habitan Playa Bagdad (Alfaguara, 2024), la novela del narrador y editor Antonio Ramos Revillas, quien explora las ficciones y las desapariciones, sin que deje de ser vital la inseguridad, el narcotráfico y la violencia que está aquí, aunque no explotada con toda su crudeza, pero aún más presente por lo que no dice y sabemos que está.
A través del rompecabezas que Miguel va armando en una pesquisa por recuperar a su hermano Marcelo quien viajó a Matamoros, Tamaulipas y ahí se perdió sin dejar rastro, Antonio Ramos Revillas (Monterrey, 1977) apunta los terrores infantiles, las culpas, los despertares amorosos, los días de enfermedad y la memoria familiar, un universo que encuentra en Playa Bagdad, esa playa agreste, la mejor atmósfera para esta obra de misterio y búsqueda, que con su prosa arriesgada suma a la literatura de Ramos Revillas, en la que ha escrito varios libros para niños y jóvenes, como Salvaje, La guarida de las lechuzas, La dama de la selva y El norteño mágico, literatura a la que le pone pausa, para centrarse en la novela tradicional, como el autor la llama.
¿Una novela arriesgada, en tema y en exploración?
Creo que es una novela en la cual se refuerza que la imaginación es lo único que nos mantiene vivos. La imaginación de las ficciones que contamos sobre nosotros son las que nos mantienen aún vivos en un mundo donde todo está hacia nuestro desamparo, las relaciones familiares, la vida económica de la vida adulta, el ajuste de cuentas con nuestro pasado, que me parece que es como el que más me atrajo de esta novela, es el cómo ajustamos nuestra historia propia y qué queremos recordar de nuestra historia propia para poder ficcionalizar el futuro y para poder sobrevivir a estos presentes tan caóticos que todos tenemos, tan llenos de presiones por todos lados.
¿Una exploración del porqué de la desaparición deseada?
Me pareció que el vínculo y el concepto del que desea desaparecer también era algo muy valioso de escribir porque creo que hay muchas más personas que están desapareciendo en este momento por decisión propia, y que sus historias se están perdiendo y que también son valiosas, es decir, todas estas personas que se quieren salir de la maquinaria de la vida creo que también es muy importante relatar quiénes han sido y quiénes son los que tienen acceso a esa historia, pues solamente la familia, la gente más cercana, aquellos que los han visto desenvolverse. También cómo uno aprende a vivir con eso.
¿Es un gran retrato del norte, aunque podría suceder en cualquier ciudad?
Es una oda al norte, es Matamoros, la ciudad con la problemática que todos conocemos, pero aunque eso aparece por aquí y por allá, lo que importa es también mostrar la vida cotidiana, y esta cosa agreste que es la Playa Bagdad, esa playa larga, negra, con las dunas azotando; todos esos elementos me ayudaron para darme cuenta que era una novela sobre la vindicación de la memoria.