A lo largo de su trayectoria, Armando Hernández ha interpretado varios personajes entrañables; uno de los más recordados es el de Genaro, el amigo de Ulises en Amarte duele y, aunque este personaje le trajo fama generalizada, momentos antes de entrar al proyecto, vivió en la calle, luego de abandonar la casa familiar para demostrarle a su padre que tenía la suficiente capacidad para independizarse.

En entrevista con el “Burro” Van Rankin, el actor de 41 años recuerda que se fue de su casa a muy temprana edad. En esa época, Armando seguía estudiando y no estaba muy seguro a qué se iba a dedicar, sin embargo, los roces con su padre fueron los que lo impulsaron a tomar algunas de sus pertenencias para no volver, pese a que no tenía ningún lugar a dónde ir.

“Me fui, me salí y me tocó vivir unos días en la calle, tal cual, tuve una discusión con mi papá y me ganó el orgullo, me decía ‘cuando te mantengas, haces lo que quieras, aquí no es hotel’, y ya sabes, todas esas cosas que todos los papás nos dicen y me salí y, la verdad, no es fácil, aunque nunca volví porque me ganó el maldito orgullo”, contó.

Hernández vivió en situación de calle alrededor de tres semanas; para comer, intercambió la bicicleta y un peluche que se llevó de su casa por dinero. Según sus recuerdos, con el poco dinero del que se hizo, el actor de 40 y 20 compraba un refresco y unas donas Bimbo para matar el hambre, pues era lo único que probaba durante todo el día. “Me acuerdo mucho que comía donas con refresco, porque era barato y te llenaba la panza, es una mala receta, pero la panza se te infla, engañar la tripa, como decimos”, señaló.

Luego de días de estar vagando, su hermana mayor lo contactó y le propuso que se mudara con ella y su pareja, petición a la que él accedió. Con los meses —aclaró— se reconcilió con su papá, y aunque esté le abrió de nuevo las puertas de su casa, él ya no volvió. “Me acuerdo mucho que mi papá me decía que regresara a mi casa cuando quisiera y, al día de hoy, me lo dice”, reveló.