La diferencia entre los músicos del festival Sinfonietta y la gran cantidad de orquestas que hay, afirma la gerente artística Ilse Villanueva, es que es una formación que se conformó solo para este evento de verano.

“Si los intérpretes que aplican en esta edición vuelven a hacerlo y quedan, seguramente tendrán nuevos compañeros. Es la única ocasión en la que van a poder ver a estos músicos en conjunto interpretando estas obras”, explica Villanueva sobre la tercera edición de Sinfonietta, que arrancó en el Palacio Municipal de Morelia con un programa con obras de Vivaldi, Revueltas y Kilar.

“El nombre ‘sinfonietta’ alude a una pequeña sinfónica o una gran orquesta de cámara. Es como el punto medio”, continúa y detalla que el concierto de ensambles, en el que no todos los músicos tocan al mismo tiempo, sino que se dividen en distintos grupos para interpretar obras con formaciones pequeñas que combinan metales, percusiones, cuerdas y maderas.

El programa que interpretan los 39 ejecutantes, seleccionados por convocatoria y provenientes de nueve países —algunos son de Colombia, Chile, Costa Rica y Brasil—, fue elegido por el director artístico Juan Felipe Molano, “de tal manera que cada músico resalte en su instrumento y su sección”. Destaca la universalidad notoria que tiene la música como lenguaje: “Es gente que no se conoce, pero tiene una partitura en frente y todos tocan coordinados, como si se conocieran de años”.

La idea, abunda, es que Sinfonietta se haga cada tercer año (la primera edición fue en 2019; la segunda, en 2021). Este año, el festival tendrá su última jornada el 7 de julio.