Con “Irrupción Manuel Felguérez. Donación Mercedes Oteyza” es como el Museo Nacional de la Estampa (Munae) da la bienvenida a la donación de 38 obras del artista Manuel Felguérez (Zacatecas, 1928-Ciudad de México, 2020) que hizo Mercedes Oteyza, viuda del artista.
Pilar Prado, curadora de la muestra, explica que se trata de 35 obras individuales y tres carpetas que van de los años 80 al 2019. “Yo creo que esta exposición contribuye a ampliar la mirada sobre su legado y valorar la riqueza técnica y conceptual de la estampa como un lenguaje”, afirma Prado.
La especialista señala que la exhibición reactiva el trabajo de Felguérez, de quien se abordan en esta ocasión 40 años de creación, incluyendo los últimos dos óleos que hizo el artista en 2020, antes de su fallecimiento, el 8 de junio de ese año.
Las piezas donadas al museo son ejemplo de la geometría constructiva y la geometría orgánica, que trabajó en la década de los 80 y precisamente son dos de los tres núcleos que se abordan en esta nueva muestra. “Geometría constructiva” es justo el primer núcleo de la exhibición, en el que se presenta un estilo que viene de los años 50, en el que a través de la línea, el artista zacatecano trabaja una técnica mixta, calcográfica, con placas de grabado de metal con barniz que tiene efectos en la profundidad y el relieve de la obra. “Es muy interesante cómo cada década es un visionario y explorador en cuestión de los materiales”, indica la experta.
En el segundo núcleo, “Geometría orgánica”, destaca que el creador “sale de un círculo y de la geometría” hacia formas más naturales, como lo podría ser una hoja. El tercero es “Materia y gestualidad”, en el que se muestra la producción que hizo el artista a partir de los 2000, donde “rompe el equilibrio de la parte central de sus composiciones”, detalla la curadora.
Esto significa, según Prado, que Felguérez vuelve a sus orígenes, donde su lenguaje pictórico tiene “tensiones entre el orden, el caos y la materia, el color, y tienen una exclusividad muy marcada”. Con respecto a la llegada de las piezas donadas, considera que la exposición es una oportunidad para que el público reconecte entre el arte moderno y contemporáneo, en particular las nuevas generaciones.
En la muestra también se exhiben un par de esculturas que hacen alusión a su estudio, así como un mural que es un acercamiento a la obra en serigrafía que hacía Felguérez. “Yo creo que esto resume el principio y el fin del guión de la muestra, la geometría constructiva y la gestualidad”, afirma.
Aunque la década de los 50 no está presente en la muestra, se puede apreciar lo adelantado que estaba Felguérez a su época: “En los 70 él ganó la beca Guggenheim para hacer la máquina estética. Con ese proyecto, él es precursor de lo que diríamos ahora es la inteligencia artificial, por estas geometrías puras que él hacía, lo hizo con un ingeniero en sistemas, crearon un algoritmo y de ahí salieron 200 dibujos que hizo en escultura, pintura y diferentes disciplinas. Ya en los 80 él regresa a la materia. Esto fue el origen de lo que desarrolló”
Además, explica que el reto de hacer la curaduría a partir de la donación de obra fue evidenciar este trabajo de Felguérez, pero en la gráfica.