Arte digital, dibujo y grabado en ARTBO

En la sección principal de la feria de arte ARTBO, en Colombia, se pueden apreciar los dibujos a grafito de Juan Osorno (Medellín, 1993), quien mezcla icónicos memes con ilustraciones clásicas que bien pudieron salir de libros de historia. Entre las peculiares mezclas está Cheems, el querido perrito japonés que encantó a Internet, junto a un dibujo de las cavernas; el cuadro de Calamardo “Guapo”, con una ilustración del Hombre de Cromañón, y el angustiado rostro de Michael Scott, protagonista de la serie The Office, junto a ilustraciones medievales de enfermos de peste.

Estos dibujos forman parte de su serie Efemérides, donde Osorno reflexiona sobre los memes como un “fenómeno multisemiótico” por convertirse en una nueva forma de comunicación y cómo han comenzado a acaparar en el imaginario público sobre las imágenes históricas que uno veía en libros de historia y enciclopedias.

La tendencia de redes sociales de preguntar si algo es real o es pastel, propiciada por el popular reality show Is It Cake? llegó a las salas de arte con la obra de Marco Mojica (Barranquilla, 1976), que consiste en una serie de pinturas, titulada #IsItCake, donde reproduce icónicas obras de arte que en realidad resultan ser pastel. Con estos trabajos, el artista explora el tema de la reproducción de arte y la relación del arte con el mundo real.

Estas pertenecen a la galería El Museo, cuyo director responde, ante la pregunta sobre si apuestan por atraer al coleccionista joven: “Nos sorprende la cantidad de coleccionistas jóvenes interesados en el arte, ese es el futuro. Acá, en las nuevas generaciones hay mucho interés en el arte, aunque los millennials son un poquito más dispersos, pero son los muchachos de la generación de 30 años (los más interesados en comprar)”.

Bajo la reflexión sobre qué es lo que podría interesar a una generación de coleccionistas de las generaciones Millennial y Z, llama la atención la gran ausencia del arte realizado por la Inteligencia Artificial, sobre todo cuando el año pasado ARTBO publicitó la feria con arte creado con esta herramienta, pues se anunciaba como el futuro. En una sola galería de la sección principal, Casa Hoffmann, se ofrece una obra hecha con IA, es una animación (con un costo de mil 500 dólares) e imágenes (con un valor de 2 mil dólares) de Violet Forest (Miami), quien se define como “creativa tecnológica”.

“La galería se caracteriza por ofrecer arte disruptivo. (La obra) puede generar cierto desgane, sobre todo en generaciones de mayor edad, pero es una obra que hace sentir mucho, sorprende por los colores y sus texturas. (La animación) está nominada a un premio de adquisición de ARTBO. Es verdad, aquí somos el único booth con obra de Inteligencia Artificial, siento que sí hay un quiebre generado por lo tradicional”, explica Natalia Guzmán, asistente de taller de Casa Hoffmann.

En un mundo donde la tecnología forma gran parte de lo cotidiano, el dibujo y el grabado son grandes protagonistas en las propuestas de las galerías, como si se tratara de ir contracorriente con lo digital.

Entre los ejemplos destacan los dibujos tridimensionales de Carlos Alarcón (Colombia, 1979) en la galería Beatriz Esguerra Art; una serie de grabados de Ángela María Restrepo (Medellín, 1950), que ofrece la galería Policroma; y Hallazgo en un día de agua caliente y sal, de Yuli Cadavid.

“El grabado es una técnica que durante muchos años no se le ha dado la importancia que merece, porque se veía solo como una herramienta. Ángela María Restrepo fue quien logró consolidarla”, dice Ana Rivas, de Policroma.