“Thierry Singer es un pintor y escultor francés que organiza exposiciones internacionales. Por medio de un contacto comenzó una exposición virtual donde aparecen artistas de América Latina, gente de Ecuador, de Paraguay, Argentina, Colombia y me invitó particularmente, y me parece que soy el único mexicano”, comentó Gilberto Lastra.
“Cuando comienzo a trabajar con niños autistas, con síndrome de Down y discapacitados en talleres de escritura creativa, entendí que el conocimiento es completamente maleable y cualquier materia que uno pueda imaginar lo será, fue entonces que ahí me planteé el asunto de la luz”, agregó.
Como elementos de la construcción de la luz, algunas veces inasibles ante la insensibilidad humana, a los talleristas les proporcionó algunos recursos de teatro y poesía, exploración que para Gilberto Lastra se quedó en el tintero pero que le permitió asimilar su propio concepto. Aunque dice que su formación como artista plástico es autodidacta, decidió plasmar imágenes de luz a través de la fotografía con tintes de expresión plástica.
“A mí lo que me interesaba plasmar en este ejercicio que se dio, era rescatar un poco de las vivencias que se quedan en el vacío a través del color y la forma, un poco de lo que es el arte abstracto. Siempre que hablan de la pintura de Van Gogh sale a luz el color y los trazos; lo que me ha tocado ver en su obra es como si cada trazo tuviera vida y cada trazo fuera una expresión distinta porque están llenos de emociones, de ahí su riqueza y expresividad”, destacó.
Al considerar a la luz como un elemento que integra a los demás colores, pensó en ejecutar un solo trazo y como buen punk, afirma siempre hace las cosas al revés. Este ejercicio derivó en 12 piezas de las cuales eligieron cinco que estarán disponibles en una galería gracias al trabajo que realiza Thierry Singer.
“Hay una pieza que me llamó mucho la atención que se llama ‘Continuidad’ y que salió en la portada de un libro de investigación científica (‘Modularidad cognitiva y especialización cerebral’, Paola Hernández Chávez, del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano). El libro habla sobre el asunto neuronal y parecía que la imagen funcionaba en eso. Mucho de lo que se proyecta en la obra es testimonial, algunos estados de ánimo”, señaló.