El despojo cultural cometido al artista Taka Fernández por su proyecto para el Archivo General Agrario (AGA) no solo fue a su mural de 77 metros cuadrados “Marcha campesina”, sino también a un conjunto de diez esculturas titulado “Animales místicos mesoamericanos”. Estas piezas fueron extraídas sin autorización de un almacén en Cuernavaca, mientras el artista protestaba en la Ciudad de México en contra de lo que él define como un acto de “caciquismo cultural”, pues el mural fue registrado como “coautoría” por la titular del Comité Artístico del edificio del AGA, Mariana Razo Botey, aunque no participó en la creación de la obra, según lo afirma el propio artista y su equipo legal.
“Animales místicos mesoamericanos” también está incluida en la acción legal que emprendió Fernández contra la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), a través de CAV Diseño e Ingeniería SA de CV, quien tiene la licitación para la construcción, ejecución, equipamiento y museografía de la nueva sede del AGA. El conjunto también fue registrado por Razo Botey, a espaldas del creador, ante Indautor como “colección de obras”, sin embargo, esto no le da derecho de transportarlas, almacenarlas ni exhibirlas, afirma el abogado del artista, Luis Javier Mondragón. La acción de llevarse las esculturas, en medio del proceso legal y aun cuando no se ha terminado de liquidar el pago del proyecto, podría tratarse de un delito, señala el abogado. Además, en el proyecto de la apropiación de las esculturas también se ve afectada Jimena Fernández, diseñadora de vestuario y productora ejecutante de las esculturas y de cinco cadenas de conos de 33 metros, porque posee los derechos patrimoniales y de reproducción exclusivos sobre las esculturas, lo que implica que cualquier uso sin su consentimiento es ilegal.
Reunión
El representante legal de los artistas señala que CAV ya fue informado de la situación de las esculturas. Tras esta situación y la protesta, la empresa constructora planteó una posible reunión técnica con los afectados. En este encuentro habría la posibilidad de que participara la Sedatu, dependencia que hasta ahora no se ha comunicado con los afectados ni ha expresado postura alguna.
Ante la situación, los artistas solo plantean cuatro peticiones a las autoridades, que comparten en entrevista. La primera, es la destitución del Comité artístico del proyecto, liderado por Mariana Razo Botey, por apropiación indebida de derechos, junto con una disculpa pública. “Es una de las soluciones inmediatas, ellos (el Comité) no han comprendido o no tienen el profesionalismo para un proyecto de esta envergadura. O hay una profunda ignorancia o un profundo dolo”, dice Mondragón sobre el proceder de la titular del Comité.
La segunda petición es cubrir con los pagos totales a los artistas, trabajadores y proveedores involucrados en la creación de las obras. La tercera petición es un arbitraje ante autoridades competentes, como podría ser Indautor, para evaluar el avalúo de las piezas, daños y perjuicios, y garantizar nuevos contratos porque los actuales presentan irregularidades.
La última petición es una reunión técnica para coordinar el traslado de las obras y asegurar el respeto a los derechos de los artistas.