El diseño del nuevo rostro y la cabeza de la escultura de La Esperanza, perteneciente al conjunto escultórico de las tres virtudes teologales de la Catedral Metropolitana, esculpido por Manuel Tolsá, fue aprobado por todas las instancias correspondientes, entre las que se incluyen la Dirección General de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura federal, el Instituto Nacional de Antropología e Historia y las autoridades eclesiásticas, aseguró la restauradora Marina Straulino, quien lideró el proyecto de restauración de esa obra y el de las otras dos.

Después de la colocación y develación de la pieza el 27 de febrero pasado, restauradores criticaron los resultados. Señalaron que la pieza no conservó los rasgos neoclásicos y que se aplicó una estética nacionalista.

Ante los señalamientos, la especialista afirmó que lo que se hizo con la pieza no fue una restauración, “porque no se podía restaurar”, sino que fue una “reconstrucción” de la cabeza y el rostro.

Marina Straulino indica que el punto de partida para la propuesta del diseño del rostro que presentó a las autoridades vino de un fragmento de cabeza que se desprendió de la escultura cuando cayó por el terremoto del 19 de septiembre de 2017. “El único vestigio que teníamos fue ese pequeño fragmento que no se quebró, pero nos dio bastantes elementos para trabajar”, afirma.

La experta agrega que se siguieron parámetros internacionales para la “reconstrucción”. “Dichos parámetros son que la intervención sea reversible, que se identifique la intervención y que no se falsifique a la pieza”. Straulino apunta que no se podían tomar en cuenta fotografías anteriores a la caída de la obra, porque no son una referencia viable debido a que “no mostraban la cabeza original”.

“No falsificamos la pieza, porque incluso las fotos que habían antes de la caída de la pieza, imagínate, cien años con esa contaminación, con ese polvo, con la altura, ya no mostraban a la escultura original”, agrega la especialista.

Ante las críticas de algunos restauradores sobre el cambio de la escultura, Straulino señala que las fotos divulgadas en algunos medios y en las redes sociales no corresponden a lo que en realidad se trabajó, ya que se “deformó” el rostro de la escultura.

“Yo no sé de dónde sacan eso, hay fotos ahora donde la pieza se ve perfectamente y donde no se ven esos rasgos indígenas que tanto critican, yo no sé porque lo dicen, eso no es verdad, esos rasgos no existen y lo que publicaron (en redes y medios) es una foto deformada”, expresó Straulino.