Cinco años antes de que el artista de música electrónica Avicii, fuese encontrado sin vida en su habitación en la ciudad de Omán, en Medio Oriente, el sueco lanzó uno de sus grandes éxitos, “Wake me up”, que en su primera estrofa narra la situación que, como tantos otros músicos, afrontaba debido a la fama.

“La vida me pasará si no abro los ojos. Eso está bien para mí. Así que despiértame cuando todo termine”, expresó Avicii en la canción que hasta este jueves, cuatro años después de su muerte, sigue siendo la más escuchada con más de mil millones de reproducciones en Spotify.

A pesar de su notable cansancio y las constantes muestras de fatiga y padecimientos de salud por el ritmo de vida del joven DJ, nadie, ni sus fans, ni su propia familia previno las intenciones que Avicii tenía de quitarse la vida.

El primer problema que apareció en la vida de Tim Bergling (verdadero nombre de Avicii), fue una pancreatitis presuntamente por exceso en el consumo de alcohol, lo cual comenzó a mermar su rendimiento en los escenarios. “Beber se convirtió en una rutina para mí, pero es imposible seguir haciendo giras y tomando al mismo tiempo porque vas a colapsar, especialmente cuando estás tocando en 320 shows al año”, compartió Avicii al diario Standard poco después de superar la pancreatitis. Pero los doctores le hicieron la recomendación de hacerse una operación que no quiso aceptar. En el 2014, fue sometido a una cirugía de extracción de vesícula biliar, por lo que tuvo que hacer una pausa.

Sin embargo, él mismo reconocería que no hubo descanso en ese lapso, pues no dejo de trabajar, por la ambición de seguir en lo más alto. “Estuve en el estudio 12 horas al día y luego volví a las giras. Es difícil decir que no en esta industria. Uno quiere tocar todo y estar en todas partes”, señaló.

Las giras para Avicii eran una forma de poder convivir con quiénes le rodeaban, ya que él era una persona más bien introvertida, contrario a lo que podría apreciarse en los escenarios. Dos años después, durante una visita a Omán, Avicii se quitó la vida en su habitación de hotel. Su padre declaró después, que él jamás pensó que algo así ocurriría, y compartió para CNN que incluso lo apoyaba constantemente con sus emociones. “Cuando estaba en una mala situación, siempre solía llamarme, hablamos mucho de sus pensamientos sobre la vida, sus pensamientos sobre la meditación, el amor... Tuvimos largas conversaciones sobre el océano”, dijo Klas Bergling un año después del fallecimiento de Tim.