Benito Taibo narra la vida de un lector
Benito Taibo, escritor mexicano. Agencias

El escritor mexicano Benito Taibo cree que en su país el realismo mágico ocurre a cada momento y él mismo a veces lo protagonizó: en días de su juventud enterró la novela Cien años de soledad y esperó el nacimiento de un árbol.

“En México el realismo mágico funciona todos los días; ésa del libro del ‘Gabo’ es una historia bella. Con 18 años mis amigos y yo lo leímos y quedamos emocionados; entonces lo enterramos en un parque a ver si nacía un árbol. Años más tarde regresamos y había unos baños públicos”, cuenta Taibo en una entrevista con Efe.

Sentado en una cafetería en una zona lujosa de la capital mexicana, el autor habla de su novela Cómplices, un libro sobre el tema de la lectura, cuyos personajes principales son lectores o están en camino de serlo.

Taibo, de 55 años, recuperó una vivencia de su niñez y se la adjudicó a Julián, un chico frustrado porque le mandan a leer en la escuela La guerra y la paz, de Tolstoi, y se salva de ello al caer con hepatitis. Por curiosidad hojea El sabueso de los Baskerville y ahí da su primer paso hacia los libros.

De manera intencional, el autor inserta pedazos de grandes obras como Los miserables, de Víctor Hugo; El nombre de la rosa, de Umberto Eco, y Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, y arma la trama acerca del verbo leer, el favorito de Isa, quien visita a Julián para llevarle las clases del día.

“Ahí hay de mí, como Julián yo sufrí hepatitis y me topé con un libro de Sherlock Holmes, pero ese personaje no soy yo”, cuenta.

Lleva una camisa azul de rayas y un pantalón claro y cuando comienza a hablar lo hace con una seguridad de profeta. “Soy un lector, un día di un salto al vacío y me hice escritor, pero tengo escrito con el libro un contrato de juntos para siempre”, cuenta.

Reconocido como uno de los promotores de la lectura más importantes de México, Benito es un escritor aceptado por los adolescentes mexicanos con los cuales suele reunirse para hablar de literatura en el idioma de ellos, con sus frases de moda.

“Cuando estoy con los chicos me siento de 17, tengo una relación espectacular con los jóvenes y cuando nos reunimos volvemos a subir la bandera de la democrática república de los lectores”, asevera.