Las series médicas se han enfocado en exaltar el valor de esta profesión a lo largo de la historia de la televisión, desde Dr. House hasta Grey’s anatomy. Por eso, en Berlín ER se buscó dar una nueva arista a las urgencias, desde una mirada cruda y realista.
Ambientada en un hospital de la capital alemana, la trama sigue a un grupo de doctores que lidian con emergencias que no les dan ni un momento de respiro, expusieron Haley Louise Jones y Slavko Popadi, protagonistas de la producción. “Al principio, Zanna sigue cada protocolo con rigidez, pero la realidad del hospital la obliga a adaptarse a que hay cosas que no puede seguir al pie de la letra para salvar a los pacientes”, explica Louise Jones. “Popadi, por su parte, da vida al doctor Ben Weber, quien, a pesar de su brillantez como cirujano, se convierte en su peor enemigo, pues es un doctor muy talentoso, pero con mucho miedo al fracaso. Ben ya está roto cuando lo conocemos. Es apasionado y capaz, pero no sigue las reglas. Me atrajo interpretar a alguien que, detrás de su arrogancia, esconde un miedo profundo a no lograr lo que quiere”, reflexiona el actor.
El realismo que persigue Berlín ER se logró a través de sus personajes, y también gracias a la manera en que fue filmada. Para encarnar a especialistas médicos, los actores recibieron entrenamiento intensivo con médicos reales y pasaron tiempo en hospitales observando procedimientos de emergencia. “Aprendimos la parte técnica, pero principalmente entendimos la carga emocional que tiene este trabajo”, relatan.
Popadi, explica además que la serie evita dramatizar momentos innecesarios, ya que pretende ser un reflejo de lo que se vive en una sala de urgencias con real apego. “La cámara no se detiene en planos melodramáticos ni embellece la tragedia. Todo sucede con la misma velocidad e intensidad que en la vida real. Queríamos que el público sintiera esa urgencia y la única manera de lograrlo era sumergiéndonos en ese mundo”, asegura.
Berlín ER, ya disponible en Apple TV, pretende dar una visión humana del ambiente médico. “Se muestra lo que realmente cuesta dedicarse a salvar vidas y cómo, muchas veces, no hay finales felices”, dice Jones.