Eso es justo lo que ha vuelto a suceder recientemente después de que en los últimos meses perdió tres kilos y sus curvas naturales disminuyeran de forma visible. “Resulta una locura cuando vives en Los Ángeles... Estaba pensando en someterme a un aumento de pecho, porque los míos son bastante pequeños. Con el sujetador adecuado, están bastante bien, pero me daba curiosidad saber qué diría un médico”, confesó.

Suerte

Por suerte, la clínica a la que pensaba recurrir no le causó una buena impresión inicial y el cirujano con el que había pedido cita la dejó plantada sin darle ninguna explicación, por lo que finalmente canceló sus planes. Britney reconoció que la idea de pasar por quirófano solo se le ocurrió porque solo se ha gustado en una de las cientos de portadas de revistas que ha protagonizado desde que era una adolescente.

“El resto fueron extremadamente malas. Podrían haber utilizado al menos la tecnología, ¡pero la utilizaron para hacerlo peor! Una maldita pérdida de tiempo”, señaló. Además, recordó otro hecho que minó su confianza en sí misma: “Mi padre siempre me decía que estaba gorda y que ser la chica gorda sobre el escenario no era divertido. ¡Era humillante!”.