Juan Glassford (Ciudad de México, 1998) explora la binacionalidad a través de su lente. El fotógrafo mexicoamericano, que intercala su residencia entre Nueva York y Ciudad de México, exhibe actualmente en el Centro de la Imagen y se aventura a iniciar un proyecto sobre la migración —uno de sus temas de especialidad— en la frontera norte.
Bajo un lente más forense, el egresado de Bard College quiere explorar cómo la geografía también puede ser usada como herramienta para ejercer violencia contra las personas migrantes. “Por ejemplo, en Estados Unidos se ha visto que se crean embudos geográficos donde se promueve la migración, pero son zonas de alto riesgo. Lo que se ha visto es que el gobierno americano permite que la gente cruce por esas zonas donde la posibilidad de que sobrevivan son muy bajas y eso no es un accidente”, explica Glassford.
La práctica del fotógrafo se enfoca en proyectos de largo plazo en los que documenta problemas sociales y violaciones de derechos humanos, como lo son la migración, el aislamiento político, crisis ambientales y zonas de conflicto, como lo hizo en el Cuerno de África, Bangladesh y Turquía, donde fotografió la migración forzada que ocurre en la región, en colaboración con Acnur (la Agencia de la ONU para los refugiados).
Cuando Glassford dice “fotografía forense” se refiere al ejercicio de la fotografía no desde la estética —aunque no la abandona por completo—, sino como “documento de denuncia” o “documento probatorio”, que en este caso serviría para probar que “la geografía también es utilizada como un arma”, y que podría ser utilizado como evidencia en una corte internacional.
El mexicano explica que aprendió sobre esta otra forma de hacer fotografía de su mentor Gilles Peress, fotoperiodista francés que presidió la Agencia Magnum en los años 80 y cuyo trabajo forma parte de los acervos del Museo Getty y el MoMA. También estudió el tema con Forensic Architecture, agencia de arquitectura forense que ya ha trabajado el concepto del uso de la geografía como arma.
Fue justo en sus años de estudiante universitario que Glassford comenzó a trabajar el tema y a hacer viajes a la frontera para crear unos primeros ejercicios. Ahora ya egresado se prepara para realizar el proyecto por su propia cuenta, aunque explica que aún le falta conseguir financiamiento, que usaría para la renta de un carro, alojamiento y retribuir con donaciones a las organizaciones de iniciativa social y civil independiente con las que colabore. “Estos proyectos son de muy largo plazo, toman uno, dos o tres años, entonces todavía no está completo. Desde 2020 fue que empecé a hacer estos viajes, me iba en coche desde Nueva York hasta la frontera sur e iba recorriendo poco a poquito y fui documentando, pero de una manera menos consciente, ahora sí ya es más enfocado”, agrega.
¿La cámara hace al fotógrafo?
Juan Glassford actualmente participa en la exposición colectiva “La mirada esencial: 100 años de Leica y su conexión con Latinoamérica”, en el Centro de la Imagen. Junto a figuras como Manuel Álvarez Bravo, Luvia Lazo e Yvonne Venegas se celebra el impacto que tuvo la cámara Leica de 35 mm en la historia. Glassford presenta tres imágenes —siempre en blanco y negro, lo que caracteriza su trabajo— en las que deseaba plasmar su lado mexicano, como lo son las fiestas patronales en Oaxaca o un arriero en el Estado de México.
Sobre si la cámara hace al fotógrafo, Glassford cree que es como preguntar qué fue primero, si el huevo o la gallina, aunque considera que la cámara es lo que una pluma para un escritor.