Buscan recuperar información de Acozac

Dado que se conoce poco sobre los vestigios de la Zona de Monumentos Arqueológicos Acozac, en el Estado de México, y para profundizar en su estudio, la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), junto con la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, harán un mapeo con tecnología Lidar que contribuirá a determinar su estado de conservación y complementar la información existente sobre su ocupación.

La iniciativa, impulsada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y con autorización del Consejo de Arqueología, busca asegurar la preservación de los 47 montículos y seis basamentos dispuestos en los 282,899 metros cuadrados de la poligonal, ubicada en el Cerro de Moctezuma, municipio de Ixtapaluca.

El Proyecto Arqueológico Acozac, dirigido por el profesor del posgrado de Arqueología de la ENAH Rafael Fierro Padilla y el investigador de la DSA Roberto Israel Fuentes Martínez, busca actualizar los planos de la urbe prehispánica, de posible filiación azteca, es decir, que fue ocupada antes de que los mexicas se asentaran en Tenochtitlán, cuyo último registro se hizo en 2022, por la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos del INAH.

Objetivos

El propósito es establecer acciones puntuales que garanticen la protección e investigación académica de la zona, por lo que también colaboran autoridades municipales y del Centro INAH estatal, además de la empresa PDM 4Cero, encargada de crear los mapas tridimensionales, refirió el arqueólogo Fierro Padilla.

A su vez, el investigador Fuentes Martínez explicó que, durante la primera temporada, que comenzó en julio y concluirá en octubre de 2025, además del mapeo Lidar, se hará un análisis de fotogrametría aérea y terrestre para constatar los datos obtenidos e identificar estructuras que requieran atención urgente.

Para la segunda temporada, en 2026, se contempla un salvamento arqueológico para obtener mayores datos históricos del lugar, como los relativos a su fechamiento, ya que, hasta ahora, se le ubica entre los periodos Posclásico Medio (900-1350 d. C.) y Posclásico Tardío (1350-1521 d. C.).

Aunado a esto, iniciarán labores de estabilización y consolidación de los espacios más afectados que, de acuerdo con las observaciones preliminares, una de las estructuras que requieren atención inmediata corresponde a una plataforma (de 20.93 por 10.96 metros) ubicada a un costado del Templo de Ehécatl, dedicado al numen del viento, la cual, de acuerdo con estudios anteriores se ha teorizado que pudo funcionar como un tzompantli, hipótesis que se verificará en la investigación.

Entre otros objetivos, el arqueólogo Fierro Padilla destacó la intención de sumar al proyecto a las y los alumnos de la ENAH, para que participen en un escenario profesional real, el cual les permita desarrollar habilidades y familiarizarse con tecnologías novedosas, como el vuelo Lidar, especializado en la creación de mapas tridimensionales con luz láser.

A mediano y largo plazo, anotó, se espera delimitar la poligonal para evitar que se extienda la mancha urbana, problemática que comienza a observarse en la zona limítrofe, así como instalar iluminación nocturna y un módulo de vigilancia que asegure la protección de los monumentos y sus visitantes.

Agregó que también es necesario desarrollar infraestructura para el adecuado acceso a la zona arqueológica, así como establecer espacios para el desarrollo de actividades culturales. Adicionalmente, se explorará la posibilidad de establecer un parque ecoarqueológico, que incluya no solo la poligonal envolvente sino también la zona periférica, para promover la protección del patrimonio biocultural.

Acozac obtuvo la declaratoria como Zona de Monumentos Arqueológicos en 1993; sin embargo, las últimas investigaciones del lugar se efectuaron en el 2000, por lo que “esta iniciativa plantea clarificar y ampliar la información del urbanismo y la configuración de las ciudades en las provincias del Imperio azteca”, finalizó.