Hugo es un “cabal representante de una tipología particular que no abunda, como ha quedado claro, la del heterodoxo mexicano. El heterodoxo está en el vecindario del saboteador y del escéptico. Con aire distante, merodea alrededor de una certidumbre para después picarla con un dedo tradicionalmente regordete. Es un dandy que pasea a sus galas por las avenidas de lo conjeturable, un solitario afecto a los insectos, las máquinas inútiles, las etimologías dormidas. Su curiosidad se enciende ante los grandes edificios del pensamiento, pero prefiere las tuberías y las bodegas. Su mirada recorre los grandes frescos de la historia, pero lo hace por las costuras, detectando impurezas y veleidades, desmontando anquilosamientos y satirizando rigideces”, fueron palabras del escritor y periodista, Guillermo Sheridan, durante el homenaje a Hugo Hiriart (Ciudad de México, 1942), que se llevó a cabo en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario de la UNAM, y en el que también participaron Enrique Krauze, Ángeles Mastretta, Germán Jaramillo, Héctor Aguilar Camín, Martín Solares y Antonio Castro.
Con este homenaje, en el que también se hizo una escenificación de la obra Ámbar, de Hiriart, se inauguró el Festival Cultura UNAM (las palabras preliminares quedaron en manos de Rosa Beltrán, coordinadora de Difusión Cultural; Juan Ayala, secretario Técnico de Planeación y Programación, y Juan Meliá, director de Teatro UNAM).
“Hace 55 años, en 1970, él es el más viejo de mis amigos y nos tratamos de hermano, nos conocimos en una casa donde había un perro salchicha que se llamaba Tamarindo. Era una casa llena de alcohol y comunistas”, recordó Sheridan.
Heterodoxia clásica
“Los libros de Hugo son así, heterodoxia clásica en absoluto estado de frescura, incluyendo ‘El Águila y el Gusano’, cuya segunda entrega supongo que vendrá pronto y que seguramente se llama ‘La sombra del Claudillo’”, dijo, entre las risas del público, mientras citó las afinidades estéticas, influencias y obsesiones del escritor, excéntrico y heterodoxo en su obra.
Cuando fue el turno del historiador y escritor Enrique Krauze, Este señaló que: “Hay una república distinta de la que está muriendo en México, es la República de las Letras. Tiene una larga historia nunca interrumpida desde tiempos prehispánicos, en nuestra República de las Letras vive un escritor que desde hace más de 60 años ha ejercido con inimitable gracia, en el sentido original de la palabra, como un don casi divino, gozoso y benévolo que debemos agradecer todas las manifestaciones de la literatura: es Hugo Hiriart, a quien hoy rendimos homenaje”.