Celebran seis décadas de La tumba
La edición conmemorativa reúne fotografías inéditas del autor y relatos sobre momentos significativos de su vida. Cortesía

El escritor José Agustín publicó en 1964 su primera novela, La tumba, con la que inició el camino que lo llevó a conseguir un lugar esencial en la literatura mexicana. Este año, Alfaguara lanzó una edición que conmemora las seis décadas de ese hito.

El próximo 6 de diciembre se realizará el “Homenaje a José Agustín: de ‘La tumba’ al infinito”, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, con la participación de Margarita Bermúdez, viuda del narrador, y su hijo, Andrés Ramírez, así como Ricardo Castillo y José Eugenio Sánchez.

Además de incluir la celebrada novela, La tumba, edición conmemorativa, reúne fotografías inéditas del autor y relatos sobre momentos muy significativos de su vida contados por familiares, amigos cercanos y escritores a la periodista Dalila Carreño; por ejemplo, el viaje de José Agustín a Cuba; su participación en el taller literario de Juan José Arreola; la relación con Margarita Bermúdez, amigos y hermanos, y el encierro del novelista en Lecumberri.

Entre los testimonios destaca el de Margarita Bermúdez sobre la intimidad de la dupla creativa que inició con José Agustín (1944-2024) en 1962 y solo finalizó con el fallecimiento del también ensayista, dramaturgo y guionista.

Bermúdez contó que José Agustín “no pudo haber tenido mejor celebración de cumpleaños, porque el 19 de agosto de 1963, justo cuando cumplió 19, recibió el mejor regalo del mundo: una llamada de Juan José Arreola diciéndole que había leído ‘Tedio’ (que luego apareció con el título ‘La tumba’) y que se considerara escritor, que la obra era muy publicable y él se la iba a editar”.

En el texto se refirió al novelista como padre: “Era un amor, muy cálido, a veces un poco desvelado porque escribía de noche, a veces le faltaba un poquito de relax, pero creo que fue extraordinario. Les leía ‘El hobbit’, ‘El Rey Mono’, ‘Las mil y una noches’… Fue todo un cotorreo tener esos hijos. Desde entonces estuvieron en las buenas y en las malas, juntos hasta el final”.

El título incluye un prólogo de la narradora Brenda Navarro, quien afirma ahí que “toda literatura que se escribe en la segunda década del siglo XXI, dentro del campo literario mexicano, está mucho más cercana a ‘La tumba’ (1964) de José Agustín que a lo que se llegó a denominar como ‘literatura’ en aquella época en la que el autor debutó”.

La también editora escribió que esa literatura está en plena crisis, “como está todo aquello que se aferra a las buenas formas y al respeto a las reglas y a la intencionalidad de ‘hacer arte por el arte’ y despolitizar todo movimiento cultural y social dentro del contexto histórico en el que se crea”.

Elsa Cross, comadre del autor fallecido en enero pasado, hizo énfasis en que “la vigencia de ‘La tumba’ y de los demás libros de José Agustín se debe a la forma en que presentan una visión de la realidad muy directa y muy fresca, despojada de convencionalismos e hipocresías, y que al mismo tiempo no trata de estar dando lecciones ni de postularse como la única visión posible”.