El libro It starts with one: the legend and legacy of Linkin Park desvela la crisis que Chester Bennington, vocalista de Linkin Park, atravesó durante los últimos meses de su vida, pues a pesar de que había dejado atrás sus adicciones, enfrentó momentos muy complicados en los que sintió la necesidad de volver a beber.
El texto es un recuento de declaraciones de la familia y amistades cercanas a Chester, en la que hablan de la fragilidad emocional a la que se enfrentaba poco antes de que se quitara la vida, a los 41 años, el 20 de julio de 2017.
Uno de sus amigos más cercanos, Ryan Shuck recuerda que, semanas antes de su fallecimiento, intercambiaron mensajes de texto, en los que Bennington le confió que los pensamientos de ingerir alcohol habían vuelto a asaltarlo. “Estaba describiendo una batalla hora a hora con la adicción”, señala en uno de los fragmentos del libro, que todavía no es publicado.
La revista People tuvo acceso parcial al contenido de la obra, en la que la esposa de Chester, Talinda también tiene una intervención.
Talinda, con quien se casó en 2006, cuenta que seis meses antes de su muerte, el músico no había probado el alcohol, pues en 2016 sufrió una profunda recaída, en la época que Linkin Park estaba grabando su séptimo álbum One More Light.
Pero, al momento de la autopsia, los peritos identificaron que había una cantidad mínima de alcohol en el sistema de Chester. De hecho, en su habitación fue hallada una botella vacía de la cerveza Stella Artois y otra, a medio beber, de una cerveza Corona.
Su viuda considera que fue la culpa de recaer la que pudo llevar al músico a tomar la decisión de quitarse la vida. “Supe al instante que esa bebida desencadenó esa vergüenza, desencadenó toda una vida de vías neuronales no saludables”, señaló.
La investigación escrita por Jason Lipshutz saldrá a la venta el próximo 1 de octubre.