Cien años de Joaquín Díez-Canedo Manteca

El español Joaquín Díez-Canedo Manteca (1917-1999), que llegó a México en 1940, fue uno de los creadores de la ya clásica colección Letras Mexicanas del Fondo de Cultura Económica (FCE), donde trabajó 20 años, y fundador de la editorial Joaquín Mortiz, que publicó a los autores que serían el canon literario de la segunda mitad del siglo XX.

Hijo del poeta, crítico teatral y diplomático Enrique Díez-Canedo, uno de los 12 intelectuales republicanos invitados en 1938 por el presidente Lázaro Cárdenas a participar en la fundación de la Casa de España en México, Díez-Canedo Manteca fue definido por el poeta José Emilio Pacheco como “el editor por excelencia de la literatura mexicana”.

“Era una persona de muy pocas palabras, pero de mucha cercanía. Era muy parco, pero cercano”, afirma su hijo menor Joaquín Díez-Canedo Flores, quien, a pesar de que intentó estudiar física, heredó de su padre la pasión por los libros y se dedicó a la edición.

“Era muy afable. Tenía un sentido del humor agudo. Hacía bromas todo el tiempo. Me gustaba mucho trabajar con él. Siempre me pareció que su oficina en Mortiz era una especie de consultorio de sicoanalista, porque sus autores le contaban sus cuitas y le hablaban sobre sus libros. Y todos salían muy contentos”, agrega Aurora Díez-Canedo Flores, la mayor de los tres hijos que tuvo con Aurora Flores Zertuche.

De 96 años, Aurora Flores Zertuche, la viuda del legendario editor, estuvo presente en la entrevista con Excélsior, hecha en su casa de San Ángel Inn, donde vivió con don Joaquín y crió a sus hijos. “Poco antes de casarnos (hacia 1953) desapareció. Yo no sabía dónde estaba. Hasta que me dijeron que lo habían visto caminando por la calle Madero supe que había regresado”, recuerda risueña doña Aurora.

Los dos hijos reconocen que poco se sabe de ciertos viajes y actividades emprendidas por quien entró al FCE, hacia 1942, como atendedor (quien escucha, con el original a la vista, la lectura en voz alta que hace el corrector).

Su hija Aurora piensa que se ha hablado mucho de su trayectoria como editor, pero poco se conoce qué hizo antes de llegar a México. “Es justo que se reconozca que desde joven tenía mucho interés por los libros y toda la cuestión editorial; que combatió en la Guerra Civil a favor de la república española, que escribió poesía y editó allá seis números de la revista Floresta. Prosa y poesía, de enero a julio de 1936”.

Esta etapa de la vida de Díez-Canedo Manteca se contará en un libro que están preparando Aurora y Joaquín, a partir de unas 35 misivas y documentos de la época que conservan en el archivo familiar.