La semana próxima cineastas mexicanos aprenderán en línea la forma en que podrán copiar DVD y visitar en internet sitios oscuros donde puedan bajar materiales audiovisuales. El curso de dos días llamado Piratería para Cineastas será impartido por Michael Ramos-Araizaga, fundador de los festivales Ultracinema MX, dedicado al cine independiente y el Pet Film Festival Tepoztlán, alusivo a animales.

“Piratería suena muy fuerte porque se ha satanizado la palabra por las empresas dedicadas a la distribución de películas, pero el taller no se trata de piratear películas y poner su puesto”, explica Ramos-Araizaga.

“El taller es para saber las herramientas que sirven para hacerte de audiovisuales que te permitan hacer cosas recicladas, es decir, películas con escenas y fragmentos de otras películas para generar tu propia versión de los hechos; es algo experimental”, explica.

El reciclaje de películas o reapropiación, como se le conoce, no es algo nuevo en el orbe. En 2012 fue dada a conocer en Cannes, Final Cut: ladies and gentlemen, del húngaro Gyorgy Pálfi, quien utilizó más de 400 fragmentos de películas ya hechas, para contar una historia de amor. “El reciclaje de imágenes es algo que sucede desde que se inventó el cine, los hermanos Lumiere se reciclaban a sí mismos; en México los hermanos Alba con escenas repetidas en películas”, expresa. Ramos-Araizaga señala que la reapropiación es sin fines de lucro y el artículo 148 de la Ley Federal de Derechos de Autor, en uno de sus apartados permite ejercicios para la investigación, crítica y enseñanza.

“Es un juego que podría darnos cierta autorización”, considera. “El único límite es la creatividad para hacer algo sin la necesidad de hacer todo con un gran presupuesto, pues las imágenes están ahí y las puedes transformar en una creación que no tiene por qué entrar en conflicto con la creación original porque el experimental no va a ser lo de ellos”, indica.

La reapropiación puede ayudar a difundir películas, como el “video meme” de Adolfo Hitle, enojado, extraído del filme La caída. “En términos rigurosos es una reapropiación; mucha gente no sabía que existía esa película y a partir de eso sí”, expresa.

Lo recaudado en el taller será destinado al Pet Film Festival Tepoztlán, en su tercera edición, a realizarse en junio y que por esta ocasión, debido al brote de covid-19, será en línea.