En octubre pasado, el productor Daniel Birman Ripstein estaba en el Museo de la Academia presentando una serie de películas de terror propiedad de Alameda Films, como La maldición de la Llorona, que fue un éxito.

Hace tres años, el maquillista Alfredo Mora tomó el teléfono para felicitar a sus homólogos Maripaz Robles y David Ruiz Gameros, que habían sido invitados a formar parte de la Academia Americana de Cine.

Desde hace 15 años, Jesús Pimentel Melo cofundó Cine Qua Non Lab, una organización sin fines de lucro que apoya al cine independiente y que desde entonces ha revisado 500 guiones fílmicos. A los tres, los unió un mail y una llamada. La Academia de EU, que anualmente otorga el Óscar y realiza varias actividades a lo largo de los meses, los invitó a ser parte de ella a partir de ahora, reconociendo la labor en pro del cine que han ejecutado al menos por tres décadas.

Junto a ellos se encuentra Carlos López Estrada, director de la animación Raya y el último dragón, como el grupo de mexicanos que se integrarán a la selecta lista de académicos. “Llega en un momento increíble”, dice Daniel Birman Ripstein, productor responsable de filmes como El crimen del padre Amaro y la reversión de La boda de mi mejor amigo.

“Es el 75º aniversario de Alameda Films (empresa fundada por su abuelo), hace unas semanas en México estrenamos cinco películas y la Academia tiene muchos programas como el de la restauración de películas que es algo que me interesa mucho”, agrega.

Mora, conocido como “El Tigre”, contabiliza 34 años de experiencia en el mundo del maquillaje: las mexicanas El baile de los 41 y El tamaño sí importa, así como los hollywoodenses La leyenda del Zorro y Apocalypto forman parte de su filmografía. “Creo que los mexicanos llevamos unos años de moda en EU”, comenta. “Tristemente el mexicano no cree en el mexicano, pero vaya que tiene un gran talento”.

El próximo fin de semana, tras un mes de vacaciones donde no le caía oferta alguna, volverá a meterse de nueva cuenta a un set cuyo proyecto se reserva por cuestiones contractuales. Para Pimentel Melo, en tanto, su ingreso a la Academia será una oportunidad de mostrar la importancia de los guiones, tema por ahora controvertido en EU, así como el cine independiente. De Cine Qua Non Lab han salido tallereados historias como Huesera, ahora la cinta más nominada al premio Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, y La jaula de oro.

“Los Óscares son la alfombra roja, pero detrás de cada pequeño logro que una persona tiene en el cine, uno tiene mil derrotas y eso lo ha dicho también Guillermo del Toro en Annecy. Esto (la invitación) es el aliento para prestar atención a esto que hacemos”, indica Jesús. “Hemos apoyado 500 proyectos en 15 años y es mucho, abrimos después un laboratorio de líneas argumentales y eso nos dio la oportunidad de revisar más. Las historias son todo”.