Claudia Álvarez será en la ficción una especialista en divorcios, aunque en su vida real más bien podría dar consejos sobre cómo cultivar un matrimonio exitoso.

Su historia de amor con el productor Billy Rovzar comenzó en 2011, culminando en matrimonio cinco años después, en 2016. Durante ese tiempo, asegura, no han pensado en la separación, si bien han acudido a terapia de parejas.

“Estábamos tan felices con nuestra relación que queríamos que fuera la más sana posible, por eso pensamos que aunque era algo insignificante lo que nos hacía ruido, a la larga si lo dejábamos podría hacer que nos divorciáramos, entonces empezamos a ir a terapia”, señala.

La actriz explica que a pesar de que la terapeuta indagó en el pasado de ambos, buscando posibles fracturas emocionales, a la siguiente sesión ellos volvieron más entusiasmados que nunca, y Billy fue el que terminó dando consejos a la especialista. Entonces se dieron cuenta que no tenían que arreglar lo que funcionaba bien y desistieron de seguir con las sesiones.

“En realidad nosotros no teníamos problemas, tenemos una relación increíble y el problema no era para tanto, incluso queríamos buscar pleito para llegar con algo que contar la semana siguiente, esto fue hasta cómico”, dice.

Billy decidió dar un paso distinto en su carrera y asumir por primera vez el papel de guionista desde un aspecto muy personal, al crear una historia en la cual vierte su experiencia como hombre divorciado en dos ocasiones.

Esto no incomodó a su esposa, al contrario, hasta se convirtió en la protagonista de la serie Un buen divorcio, que el 1 de marzo se estrenará por Vix.

“Hacer equipo con él como pareja es potencializarnos, nos hace más fuertes. Verlo tan inteligente, tan decidido, con una inteligencia emocional en todos los aspectos, me hizo admirarlo más”, asegura la actriz.