¿Cuántas tazas de agua se necesitan por una taza de arroz?, fue la pregunta que descartó a la mitad de los aspirantes a la edición de MasterChef México, pero el resultado, de acuerdo con el productor Hernán Albarenque, es haber logrado el “casting perfecto” para el show. Junto a las mesas donde acaban de cocinar los concursantes, Hernán observa orgulloso lo que hay detrás de lo que se verá en pantalla: luces, cámaras, un equipo acomodando las mesas, camarógrafos y una caja donde venían ejemplares del maíz de Jala, endémico de Nayarit, temática del programa a grabar.

“Es la primera vez que tengo un casting sin errores, perfecto, es un universo de mexicanos increíble; no haberse rendido hace que estas 20 personas que entraron a MasterChef 2020 sean únicas”. Un médico, un observador de aves, una exsoldado, un comerciante de la Merced, el hijo del futbolista Cuauhtémoc Blanco (Cuauhtémoc Blanco Jr.) y un ama de casa son algunos concursantes que tratarán de convertirse en los mejores chefs pero también en los personajes favoritos del público.

“Tenemos un mixólogo, Israel Díaz, él estará preparando unos tragos para que los chefs tomen la decisión más cruel de la jornada. No tenemos miedo a nada, no tenemos miedo a ver lo que discutan Joserra, Betty y Adrián. Al final se tienen que poner de acuerdo en mandar a su casa a alguien, no nos avergüenza lo que tengan que decir para que la gente pueda ver hasta el rincón más inexplorado”, contó el productor, quien dijo que el público podrá seguir en redes sociales toda la discusión.

En la pandemia.

Durante el programa, los concursantes estarán viviendo en una casa provisional, justo en la zona en la que se encuentran los foros, en la que deben mantenerse. Antes de que comenzaran las grabaciones, la producción realizó pruebas de covid-19 para descartar que tanto concursantes como conductores, chefs y personal del set estuvieran contagiados.