Cómo eliminar los miedos de los niños

Es normal tener temor a algo, y esto también puede ser una respuesta fisiológica ante un estímulo que resulta peligroso. Pero si este aparece ante una situación que no supone una amenaza, es cuando surge el problema

Antes de nada, es importante que sepamos diferenciar entre miedo, fobia y ansiedad:

Miedo: Nuestro cuerpo reacciona ante determinadas situaciones con el miedo y esto es algo normal, ya que nos ayuda a ponernos a salvo ante algo que consideramos peligroso.

Fobia: Es cuando el miedo se convierte en algo irracional que interfiere significativamente en la vida de quien la padece.

Ansiedad: Suele darse por motivos difusos y no existe una causa concreta. Cualquier situación se interpretan con incertidumbre y genera este estado.

¿Cómo pueden los niños aprender a tener miedo?

Los niños no nacen con miedos, sino que los adquieren a lo largo de su infancia, muchas veces influidos por los padres. Por ejemplo, cuando se les grita: “¡No te acerques a ese perro, que te puede morder!”. Esto lo que hace es producir en el niño el miedo al perro. Por eso, es importante tener cuidado a la hora de decir frases que puedan asustar o generar miedo en los niños.

También hay que tener cuidado a la hora de mostrar inseguridad ante algún miedo que tengamos nosotros, ya que, si el pequeño ve a su figura de referencia con miedo, él aprende a tener miedo de esa situación.

¿Es bueno tener miedo?

El miedo es algo normal, siempre que sea una respuesta fisiológica ante un estímulo o una situación peligrosa. Esta activa al organismo para la huida, aumentando la frecuencia cardiaca, haciendo que respiremos más rápido y tensando los músculos para prepararnos si tenemos que salir corriendo ante el peligro.

¿Cuándo surge el problema?

Cuando el miedo del niño es ante algo que no pone en peligro su vida, como, por ejemplo, la oscuridad o los fantasmas. Este miedo es algo irracional, ante una situación que no resulta peligrosa y, por tanto, la respuesta fisiológica que se produce es errónea.

¿Con el miedo podemos educar?

No con el miedo en sí, pero sí es importante que expliquemos a nuestros hijos algunas situaciones que puedan entrañar un peligro, como cruzar la calle sin ir de nuestra mano o sin mirar, sin respetar el semáforo. Otra de las cosas que hay que advertirles, pero sin nombrar la palabra miedo, es que no deben hablar ni aceptar nada de nadie que no conozcan.

Por eso, en lugar de utilizar frases como “ten miedo de los desconocidos” o “ten miedo a cruzar la calle”, es mejor decir “sé prudente para cruzar o para no hablar con desconocidos”.

Claves para eliminar los miedos de los niños

No evites que se enfrente a lo que teme

Esto solo le generará un miedo mayor; hay que crear estrategias para afrontar ese miedo y superarlo. Por esta razón, no hay que permitir que los niños eviten la situación que les genera miedo.

¿Cómo se puede hacer?

Enfrentándoles poco a poco a la situación que temen.

Dándoles recursos o herramientas para saber enfrentarse.

Tener al lado un adulto que sea de referencia y les ofrezca seguridad.

No le riñas

No te enfades o le riñas por tener miedo a algo que a ti te parece una tontería. Explícale que es algo normal sentir miedo y no avergonzarse por eso, pero que esa situación no es peligrosa para él.

Analiza la situación temida

Enséñale a que analice la situación, que no tiene que temer a ciertas cosas y que puede ser que tenga miedo de algo en concreto, pero porque es algo desconocido.

Enséñale pautas para calmarse

Enséñale técnicas de respiración o relajación cuando esté sintiendo el miedo y dale alternativas racionales para pensar sobre si ese miedo es o no fundado