Congruencia, amor y ejemplo de vida

“Yo quiero que el público me recuerde con mis canciones y con mis actuaciones, eso sería hermoso”, dijo en una ocasión Flor Silvestre y, aunque dejó un gran legado en el cine y en la música, también será recordada por su fortaleza, por ser una gran madre y abuela.

“Es una mujer digna de admiración, porque es un ejemplo de perseverancia, de estar con una sola cosa en la cabeza, ser coherente con lo que quiere”, comentó Pepe Aguilar cuando le rindieron un homenaje a su madre en los Ángeles, en 2015.

Esa entereza y empoderamiento que distinguía a Flor era una cualidad admirada por su nieta Ángela, quien expresa que le hizo tomar con responsabilidad cada paso que da en el mundo artístico y en su vida.

“Tengo a mi abuelo Antonio, que era exitoso, y luego a mi abuela Flor Silvestre, que lo mismo era una actriz y cantante impresionante, mamá y abuela; obvio la gente espera mucho de mí, es un peso muy grande”, dice.

La actriz no solo se caracterizaba por sus habilidades artísticas, también le gustaba meter las manos a la tierra, cuidar de su rancho, sus sembradíos, era “una mujer con mucha pasión”, así la recuerda el actor Manuel Ojeda.

“Ella me contaba que siempre deseaba volver a las películas de estilo campirano y que le gustaba mucho la actuación. En Triste recuerdo (1991) entró porque la actriz que iba a hacerla se enfermó y Antonio Aguilar la convenció para que estuviera. Se filmó en el rancho (de ellos) y ella era muy profesional. Le gustaba observar lo que pasaba ahí dentro y recuerdo que hacía injertos de lima con limón, y así tenía una buena técnica en los sembradíos. Era una mujer con mucha pasión”, declaró.

Un amor más allá de la comprensión

“Fue muy bello ver cómo me acariciaba y me quería, así como yo lo sigo queriendo a él”, recordó Flor el día que vio el documental Mi destino fue quererte, hecho en su honor; el amor que tuvo por Antonio Aguilar es descrito por quienes los conocieron como algo hermoso, y siempre se notaba el respeto y lo enamorados que se encontraban cuando armaban fiestas o reuniones en su rancho El Soyate.

“Pude asistir a su boda, fue maravillosa, era una familia esplendorosa, se veía su amor, de película, de toda la vida; veías su mirada y pensabas: yo quiero eso, porque decía que su amor traspasó historias, chismes, críticas, pasó todo y siguieron adelante, hasta que la muerte los separó, pero ahora la muerte los volvió a unir”, comenta Diana Golden, quien expresa su tristeza por la pérdida de una gran mujer.

“Flor Silvestre fue muy amiga de mi madre, Mary Medel, hija del actor cómico Manuel Medel, ella falleció en 2012, ya deben estar comadreando allá las dos otra vez. Recuerdo muchas veces a don Antonio y a Flor Silvestre compartir en la casa con mis papás en las fiestas y bohemias que se armaban, tenían gran amistad. Es una pérdida lamentable, vaya para la familia Aguilar nuestro más sentido pésame”, señala José Alfredo Jiménez Medel.