En el marco de su 65º aniversario, el Museo Frida Kahlo-Casa Azul lleva a cabo el ciclo de conferencias titulado “Pinceladas de Frida”, en el que especialistas hablan sobre pinturas de Kahlo que se encuentran fuera del acervo de la Casa Azul.
En el ciclo se hablará de obras como Mis abuelos, mis padres y yo, Los frutos de la Tierra y Diego y yo, obra que en 2021 rompió el récord de subasta de la obra de arte latinoamericano más costosa, al ser comprada por 34.9 millones de dólares.
Esta última obra fue el tema de conferencia en la que Max Pérez Falik, coordinador de Educación del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), donde actualmente se exhibe, explicó que el museo busca dar una lectura distinta a la pintura, más allá de la idea de que habla sobre el sufrimiento que sentía Kahlo por el enamoramiento de Diego Rivera hacia la actriz María Félix.
“La apuesta del museo, a partir de la historiografía del arte vinculada con feminismos, es pretenderse de la idea de la artista que produce únicamente de sus sentimientos”, dijo Pérez Falik.
De acuerdo con el especialista, el tercer ojo en este cuadro es un tema que ya había trabajado la artista desde años antes de Diego y yo. Por ejemplo, en las obras Moisés o Núcleo solar (1945), Retrato Neferúnico. Fundador de Lokura y Su hermano Neferdós —las últimas dos son obras que hizo en su diario— también se muestran a personas con un tercer ojo pintado, mezclados con referencias a la mitología egipcia, al budismo, el taoísmo y al hinduismo.
De acuerdo con Pérez Falik, Kahlo hacía una amalgama heterodoxa de diferentes religiones. “(Estas obras) dan cuenta del interés y conocimientos que tenía Frida Kahlo en las religiones y culturas del mundo y ella lo mastica y traduce en distintas obras”, dijo el experto.
Pérez Falik indicó que hay que considerar que en las obras, “los hitos biográficos no se traducen literalmente a una pieza o mejor dicho, no lo sabemos, porque Frida hacía muchas capas de sentido y significación”.