Creadores ponen en jaque a la cultura

Sadopitna estará abierta al público hasta el 2 de abril de 2026 en el Centro Cultural de España en México. Cortesía
Sadopitna estará abierta al público hasta el 2 de abril de 2026 en el Centro Cultural de España en México. Cortesía

En el Centro Cultural de España en México, los artistas Pedro G. Romero y Niño de Elche jalan los hilos de los mantones de manila y el ritmo del flamenco para mostrar al público la “batidora” de culturas que es el mundo. Los españoles presentan Sadopitna, una instalación sonora con música flamenca en la que confluyen voces, canciones y resonancias de territorios y tiempos diversos para mostrar cómo la herencia colonial repercute en el arte.

Esta es una obra que se presentó en la Bienal de Sídney 2023 por el dúo de reconocidos artistas con la que buscan “poner en jaque a la cultura” y mostrar que es imposible identificar la epigenética del flamenco, pues la cultura es tan compleja que deja ver que no hay origen puro en un producto cultural.

“El problema es pensar que hay culturas y que se mezclan. Todas las formas culturales son complejos culturales. ¿Pensar que Bach o Beethoven no son mestizaje y que son puros? Pensar que hay artes o culturas que son puras, pues eso solo se lo cree Trump”, aseguró Romero.

La obra de los españoles dialoga a su vez con piezas creadas por tres mexicanas: Larisa Escobedo, Natalia Álvarez y Citlali Córdova. Sobre cómo fue posible que estas piezas plásticas convivan con el arte sonoro de los españoles, Córdova explicó que “con tantos hilos sueltos fue muy fácil jugar y encontrar derivas propias que cada una venía desarrollando, pero que conectaban con la idea del flamenco”.

Al tratar el tema de la mezcla entre culturas, fue inevitable hablar de las declaraciones del Ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, el pasado viernes, cuando en la inauguración de la exposición “La mitad del mundo. La mujer en el México Indígena” dijo que en la relación de México y España hay claroscuros como “dolor e injusticia a los pueblos originarios a quienes se les ha tratado y justo es reconocerlo y lamentarlo”. Para los artistas españoles, además de ser una declaración obvia —“es como decir ‘en la guerra hubo muertos’”— consideran que la dinámica de las disculpas de España a México es “una cortina de humo”.