Cultura necesita del sector privado

Cultura necesita del sector privadoEn el inicio de la cuarta edición del encuentro más importante de música clásica del Caribe. Cortesía

El pasado miércoles arrancó la cuarta edición del Festival PAAX GNP, el más importante de música clásica del Caribe con un claro desafío hacia lo multidisciplinario, propuestas artísticas que van más allá de sus propios límites (obras cercanas a lo performático) e invitados de primer nivel en cada una de sus jornadas: “Daniel Hope, por ejemplo, que es un violinista extraordinario; el ‘beatboxer’ australiano Thom Thum, que hace un show absolutamente sorprendente; Vassilena Serafimova, que es brillante en la marimba; la coreógrafa Danielle Rowe, que además de ser un talento tremendo, tiene una sensibilidad única; y, por supuesto, la Amazing Keystone Big Band, que va a ser un motor importante del festival este año. También están esos artistas que han estado desde el primer día, que han crecido con el festival y a quienes considero parte de esta gran familia: Tamar Inbar, Karen Foster, Matvey Denim, Benjamin Forster”, cuenta, en entrevista, su directora artística, Alondra de la Parra.

¿Cómo ha evolucionado el Festival PAAX GNP?

El festival ha crecido mucho desde su primera edición, y no solo en duración. Cada año hacemos un trabajo enorme para que el Festival PAAX GNP siga consolidándose como un espacio donde se ofrezca a la comunidad mexicana lo mejor de la música sinfónica, del ballet y de las artes en general. Pensamos que una apuesta verdaderamente multidisciplinaria no solo es enriquecedora, sino necesaria dentro del mundo cultural actual. El crecimiento del festival no se refleja únicamente en la cantidad de días —que sí, es algo que permite que más personas puedan ser parte de esta experiencia-—, sino también en la evolución cualitativa de nuestros contenidos.

La orquesta ha crecido año con año, los programas de ballet también: empezamos con uno, luego sumamos dos. Incorporamos nuevos formatos y escenarios, como el concierto gratuito de Armonía Social en Tlachco, que me hace especial ilusión. Es una forma de llevar la música a más comunidades y de diversificar los públicos que acceden al festival.

La vocación multidisciplinaria es fundamental en PAAX. ¿Qué hay para este año?

Para nosotros, lo multidisciplinario no es un añadido ni una característica más, es la manera en que entendemos el arte y la cultura. Desde la primera edición del festival hemos buscado que esa fusión de disciplinas sea natural, orgánica y enriquecedora tanto para artistas como para público. En el programa de este año seguimos con esa línea. Desde luego está la música sinfónica, que es el corazón del festival, pero también seguimos apostando por la danza —de hecho, tendremos una nueva coreografía original de Danielle Rowe— y por experiencias como los Darkside, que nacieron desde la primera edición como una forma de mostrar otra cara de nuestros músicos. Ahí es donde vemos a los mismos artistas que durante el día tocan obras sinfónicas con smoking y pajarita, presentarse por la noche con propuestas más experimentales, más libres, más personales. Poder ofrecer ambas cosas es maravilloso. Además, este año presentamos “Gershwin, la vida en azul”, que es en sí mismo un espectáculo multidisciplinario. Tiene música, danza, canto y proyecciones visuales. Todo convive en escena. Me ilusiona muchísimo porque encarna muy bien el espíritu del festival: romper barreras entre géneros, disciplinas y públicos.

¿Qué habrá en los conciertos nocturnos?

Este año los Darkside traen novedades que me tienen entusiasmada. Por primera vez vamos a tener una orquesta residente: la Amazing Keystone Big Band, una agrupación francesa que es simplemente maravillosa. Tienen un enfoque muy lúdico trabajan mucho con improvisación, jazz y ritmos que invitan al movimiento y a la participación del público. Vamos a presentar programas muy variados: un homenaje a Django Reinhardt, a Ella Fitzgerald, una clase magistral de swing abierta al público y muchas otras sorpresas. Además, me emociona muchísimo que este año se sume al Darkside mi querido hermano Mane de la Parra. Ese cruce entre mundos, géneros y talentos es parte de lo que hace tan único a este espacio dentro del festival. Para mí, los Darkside son una celebración. Una forma de relajar las reglas sin perder calidad artística.