En el marco del Festival Internacional de Cine de San Francisco, en Estados Unidos tendrá su premier mundial la cinta El fin de las primeras veces, en la que un adolescente de un pequeño pueblo mexicano, al llegar a una ciudad, vive las primeras experiencias de amor y sexo.
Se trata de la ópera prima de Rafael Ruiz Espejo, miembro de la comunidad, que lleva en el papel principal al novel Alejandro Quintana, acompañado de Pabel Castañeda, quien en la vida real es una drag, y también actúa Carlos López Cervantes.
Rafael Ruiz Espejo celebra que sea San Francisco, certamen que no específico de cine LGBTQ+, el que los seleccionó para una función especial. Días después, la cinta viajará al Pink Apple de Suiza. “Con Trump hay una parte de indignación, pero no hay mejor venganza que ser felices y que la gente de arriba (gobiernos) se haga bolas, yo seguiré siendo y la gente igual. Es cierto que afectan cosas como no dar presupuesto para hormonas —el presidente cortó en enero el apoyo gubernamental para los tratamientos de cambio de sexo en adolescentes—, pero en cuanto a que digan qué pronombres usar, cuáles son legales y cuáles no, pues no está bien”, considera. “Es valioso que una película ‘queer’ mexicana se estrene en Estados Unidos con el contexto que hay allá, es un mensaje poderoso y divertido al mismo tiempo”, añade Ruiz Espejo.
Según el Instituto Williams de UCLA, en Estados Unidos hay 2.3 millones de personas latinas pertenecientes a la comunidad LGBT+, lo que representaría una sexta parte del total radicado en ese país. El realizador recalca que El fin de las primeras veces no intenta representar la bondad o el lado positivo de la comunidad. Uno de los personajes es justo una especie de “diablito” que, por vivir libremente, intenta que el protagonista también lo haga. “Es la historia de un chico que vive en un lugar más pequeño que Guadalajara, a donde va para un examen, y entonces empieza a explorar cosas que siempre había querido en cuanto a su sexualidad, pero también tiene que ver con la vida nocturna y las fiestas, es una película que habla de identidad”, comenta el director.
“Una de las cosas que hace la película es hablar de los errores y eso es parte del crecimiento; hay momentos luminosos, pero también donde la riega y lastima a la gente. Se me hace condescendiente esperar representar a la comunidad como algo perfecto, que no daña e idílica, cuando somos como cualquier persona, a veces somos malos, a veces buenos”, detalla.
Con reservas
El largometraje se rodó en locaciones tapatías. Alejandro, el protagonista, comenta que en su hogar existen ideas preconcebidas hacia la comunidad y, por lo mismo, tardó en contar que la historia sería con temática gay. “Me preguntaban de qué trataba, les contaba la trama y veía como las caras entre los tíos cambiaban. Les decía (como personaje) ‘voy a embriagarme con un chico y besarlo’, me decían que estaba mal”, recuerda el actor.
Ruiz Espejo considera que, pese a ya no ser transgresoras a como lo fueron en su momento, no deben dejar de contarse historias desde la comunidad. Y aunque los apoyos estatales fluyen como en cualquier proyecto, dice, también es cierto que en el proceso de rodaje aún se debe ocultar cierta información para obtener locaciones o esperar que la gente comprenda positivamente en lo que van a participar.
“En mi adolescencia crecí sin referentes de personas ‘queer’, había pocas, hasta que vi el ánime Evangelion y había un personaje queer explícito y fue cuando dije que yo sí existía. Independientemente de tener o no responsabilidad con el mundo”, señala.