David Huerta Bravo cumple 70 años de vida; tiene cerca de 50 años dedicados a la poesía, su género literario mayor, que ha alternado con la traducción, el ensayo, el periodismo cultural y el magisterio. El autor de Incurable, poema que se divide en nueve capítulos, es considerado un poeta mayor que ha ejercido su obra creativa desde el trabajo laborioso con las formas poéticas.
En el marco del 70º aniversario del intelectual, sus alumnos, dentro y fuera de las aulas, lo celebran analizando su obra. Emiliano Delgadillo Martínez, Fernando Fernández, Jorge Fernández Granados, Alejandro Higashi y Jezreel Salazar reflexionan sobre sus aportes a la literatura y su pasión por la poesía.
Emiliano Delgadillo Martínez, alumno de doctorado en el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México, celebra en Huerta “su honda preocupación por las relaciones entre lenguaje, inteligencia y los problemas del conocimiento y la vida. También celebro su arduo trabajo con las formas poéticas, con la tradición hispánica (o mejor, occidental) de la versificación, el ritmo, la métrica y las rimas, pues su interés radica en poner al alcance de ‘la tribu’, como él dice, la capacidad de afianzar o trastocar el sentido de las palabras mediante los recursos más antiguos y eficientes de una lengua”.
El poeta Fernando Fernández elogia su pasión por el lenguaje, su entrega al oficio de la poesía, su conocimiento de la tradición (no sólo hispánica) y su fidelidad a un puñado de poetas emblemáticos entre los que destaca Góngora.
El poeta Jorge Fernández Granados dice que la obra poética de David Huerta es, en su conjunto, una de las estaciones centrales de la literatura hispanoamericana contemporánea. “Como lector la frecuento y como escritor la reconozco en tanto un punto de referencia insoslayable. Tanto por su amplitud como por su complejidad sería insuficiente clasificarla en unas cuantas frases, pero sin duda uno de sus atributos inmediatos, desde el primero hasta el más reciente de sus libros, es la riqueza verbal”, destacó.
Huerta les ha enseñado el valor de la perseverancia en el oficio, agrega, y a tener ambición en el arte, a poner las miras en lo más desafiante y aparentemente difícil, y que el trayecto de La mancha en el espejo. Poesía (1972-2011) da más evidencia de ello. “La obra del poeta David Huerta ha puesto muy alta la marca en la poesía mexicana”.
Para el filólogo, catedrático, investigador y académico Alejandro Higashi, desde sus primeros libros y sin descanso a lo largo de su obra, se debe celebrar la vocación crítica con la que Huerta ha frecuentado temas tan distintos como la identidad del ser o la realidad sociopolítica del México más reciente.
El doctor en Letras por la UNAM Jezreel Salazar afirma que la escritura de Huerta es un espacio de hallazgos constantes y que en Incurable se puede encontrar el arrebato lírico, descocado y liberador, que la búsqueda de transgresión formal y el ansia por refrescar la tradición poética previa. “Están ahí muchos temas y búsquedas estéticas que quizá ahora no aprecio del mismo modo, pero eso da igual: en esa obra me encontré mil veces preguntas y tentativas que siguen siendo valiosas, vigentes y provocadoras. Descubrí ese libro estando en la preparatoria, y desde entonces la obra de David me resulta, una y otra vez, un espacio de revelaciones”, indica.