Las exposiciones de Laboratorio Arte Alameda (LAA) se caracterizan por presentar obras de arte contemporáneo relacionadas con tecnología, aparatos digitales, pantallas, luces, pero ahora se le hace espacio a elementos primigenios, como son el barro, el maíz y la mano, en la muestra “Náa’ Reza”, de la artista Ana Hernández (Santo Domingo Tehuantepec, Oaxaca, México, 1991).
“Creo que era una inquietud de Laboratorio, acercarse a lo vivo”, dice Hernández cuando se le pregunta cómo es que su obra, que aborda técnicas tradicionales, coincide en un espacio como LAA.
La artista, que ha expuesto en el Museo del Palacio de Bellas Artes y el National Museum Of Mexican Art (Chicago), creó sus piezas de ollas de barro y videoarte en especial para la muestra en la que se cuestiona cómo habita el humano la tierra y cómo maneja los recursos, así como la desconexión que se tiene con los saberes ancestrales.
Pero para la creadora no hay mayor tecnología que la mano humana, y eso se ve en sus piezas hechas de barro. “La exposición se llama ‘Náa’ Reza’, su traducción es ‘mano rota’. La olla es un comixcal, que tiene dos bocas y está en las cocinas del Istmo de Tehuantepec, su función es que las mujeres meten la mano al fuego vivo, y hago esta reflexión: por más tecnología que pueda haber en el mundo, necesitamos la mano, que es la primera que hace el tacto. “Si hay un dispositivo que se va a apagar en 100 años, se necesita de la mano para programarlo. La mano es la primera función del cuerpo que toca, siente, activa un dispositivo, la mano crea la vida, pero también la quita”, declara Hernández.
Por esta razón, la egresada de la Escuela de Bellas Artes de Oaxaca elige al barro como un protagonista de su exposición, porque su creación es un oficio vivo que requiere elementos como la tierra, el agua, el fuego y la mano. “Creo que la forma en la que van a estar las piezas es un mensaje sobre qué estamos haciendo y cómo (los recursos) los estamos ocupando”, agrega la creadora.
Por ejemplo, en el video La promesa, la artista se encuentra dentro de un tótem de ollas que es cubierto por granos de maíz. Hernández quiere recordar y hacer conciencia que el maíz es la base de la alimentación en México.