Diego Rodríguez Doig

Diego Rodríguez Doig

Diego Rodríguez Doig nació en La Libertad, Trujillo, Perú, el 18 de agosto de 1993. Es hijo de los empresarios Miguel Arturo Rodríguez Bentin y Adriana Doig Mannucci. Además, tiene un hermano.

Alcanzó la fama al aparecer en el programa Esto es guerra, en 2014, cuando tenía 21 años. Aunque no duró mucho tiempo, cimentó su amistad con Mario Irivarren y Hugo García, quienes junto a Raúl Arbulú (candidato a Mister Supranational Perú 2022) pertenecen a su círculo íntimo de amigos. Aunque permaneció poco tiempo, pero que le valió para conseguir al menos un millón de seguidores en Instagram.

Inicios

Con 1.72 m de estatura, Diego Rodríguez Doig comenzó a modelar de forma profesional a los 18 años. Protagonizó una campaña para Calvin Klein, y junto con Hugo García, Alessia Rovegno, Luana Barrón y Percy Pls, formó parte del grupo de influencers que viajó a Lollapalooza como imagen de la marca Levi’s.

En 2021, anunció su incursión en el rubro empresarial con su marca, Krishna Organic Foods. “La pandemia me permite concentrar mis energías en hacer contenido para mis redes sociales y también para la constitución de mi empresa”, afirmó para la revista Lima Sur.

Diego Rodríguez fue incluido por la organización TC Candler en su listado de “Rostros más guapos del 2022”, en el que logró la posición 80, por encima de David Beckham.

Sus múltiples aventuras

Tras descubrir su inclinación por el cine y la televisión, Diego se preparó, estudió, tomó cursos y participó en producciones locales. Luego llegó el modelaje y con él, una puerta abierta al mundo del entretenimiento. Hace unos años, gracias al alcance de Tiktok, comenzó a viajar con frecuencia a la Ciudad de México para consolidar su carrera.

Sería un error suponer que Diego Rodríguez Doig no tiene miedo. Si bien ha descubierto que la disciplina forma parte del éxito de todos aquellos a quienes admira, también ha encontrado que el miedo es parte de la ecuación. Antes, por ejemplo, el temor a la crítica, a lo que otros pensaran, le impedía hablar sobre sus sueños.

Ahora, cada que Diego se enfrenta a algo que despierta miedo en su interior —una grabación, un casting, compartir un contenido en redes, por ejemplo—, piensa “vamos a tirarnos, vamos a tirarnos del avión”. Tal parece que ese mantra ha surtido efecto, pues como promete, “pronto me vas a poder ver en una que otra plataforma y te diré que es muy probable que empiece a grabar ahora en diciembre”. Se trata de un par de proyectos de los cuales aún no puede hablar demasiado, pero que dado el momento representarán un salto sustancioso en su carrera.

Hoy, las redes sociales de Diego, en particular Instagram (@diegord7), son testimonio de que, en cierto modo, se ha convertido en ese héroe moderno: un viajero entre aventuras, saltos en paracaídas, entrenamientos intensos y, por supuesto, un toque discreto de romance. A través de estas comparte fragmentos de su vida y su carrera, manteniendo vivas las pasiones que lo acompañan desde la infancia: el deporte y la actuación.