Distinguen al poeta de la nostalgia

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Distinguen al poeta de la nostalgiaEl poeta Juan Domingo Argüelles será distinguido este 24 de agosto en la Feria Universitaria del Libro. Cortesía

Escritor, pero antes que nada lector voraz; poeta, pero también estudioso del libro y la lectura; ensayista, y además divulgador de la poesía a través de antologías, editor e investigador de la lexicografía. Juan Domingo Argüelles se ha consolidado, a sus 60 años, como un riguroso explorador de las vocaciones que le han apasionado, motivo por el que recibirá homenajes.

Entre estos, el sábado 24 de agosto, recibirá el Reconocimiento Universitario de Fomento a la Lectura, en la edición 32 de la Feria Universitaria del Libro de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

Es grato que te reconozcan. Pero siento que los homenajes revelan que ya abrí la puerta de la vejez, que uno se está como despidiendo. La verdad, reflejan el tiempo que le he dedicado a esto. La literatura, tanto en el aspecto del ensayo como en la poesía, me ha acompañado siempre”, afirma en entrevista con Excélsior.

El egresado de Lengua y Literatura Hispánicas de la UNAM, quien publicó en 1982 su primer poemario, Yo no creo en la muerte, confiesa que “con la poesía nunca tengo prisa, la voy escribiendo y, cuando surge la posibilidad de publicarla, la entrego. Son libros que me gustan mucho, pero es un género que no se vende, es el menos comercial”.

Aclara que sigue escribiendo poesía. “Pero hay una vertiente que me ha atraído especialmente, a la que he dedicado muchos años: la de la promoción, el fomento y la difusión de la lectura. Estoy muy metido en este trabajo de investigación”.

El autor de ¿Qué leen los que no leen? (2003), su primer título sobre el tema, afirma que, en el fondo, “todos los escritores somos esencialmente lectores. No puede haber un escritor que no sea lector. Y todos, de alguna manera, nos iniciamos como lectores; y, a partir de ser esto, nos dieron ganas de escribir”.

Agrega que la lectura es una compañera. “Quien se volvió lector, nunca dejará de serlo; es decir, podrán pasar los años y morirá como lector. Esto es extraordinario porque, más allá de que las personas tengan una vocación ajena a la literatura, leer abre puertas”.

El autor de Si quieres... lee advierte que la lectura no hace mejor a las personas. “Intelectualmente te enriquece mucho, pero moralmente no te vuelve bueno automáticamente. No crea mejores ciudadanos. Pero sí te hace diferente y más consciente de ti mismo”.