Nacida en 2014 en Buenos Aires, Argentina, bajo el impulso del editor Maximiliano Papandrea, la editorial Sigilo entra a México convertida en un sello potente con títulos de autores consagrados, pero sin perder de vista el motor con el que iniciaron: la apuesta por las primeras obras de jóvenes letras latinoamericanas.
Su camino de más 10 años ha estado marcado por los logros. En 2018 abrió su oficina en Madrid, España, bajo la dirección de Adam Blumenthal, y ambos socios decidieron que 2025 es el año de tener un brazo más de Sigilo en América Latina, específicamente en México.
Con un catálogo que supera los 70 títulos, de autores como Valeria Luiselli, Dolores Reyes, Juan Cárdenas, Adrián Dárgelos, Jesse Ball, María Luque, Virginia Higa, Salomé Esper, y J. A. Baker con su clásico de la literatura sobre la naturaleza, El peregrino, la editorial independiente Sigilo ha congregado un conjunto de obras muy importantes que la muestran como una gran editorial y con altas y diversas miras, pues lo mismo publica géneros como novela, ensayo y crónica, que poesía, cómic contemporáneo, libros ilustrados y libro-objeto.
El editor y traductor Adam Blumenthal (Tel Aviv, 1985) habla de la editorial, sus autores, las novedades y la llegada a México para ser distribuida en exclusiva por Océano y desde ahí conquistar a los lectores mexicanos con obras de autores noveles, pero también de grandes autores traducidos por un grupo selecto de especialistas.
¿Ha sido una historia de buen crecimiento?
Desde la llegada a Madrid fue para tener una doble base y de esa manera ir cubriendo diversos mercados de lengua española y trabajando localmente, yo en Madrid y Maxi desde Buenos Aires, también trabajando un poco en Chile, en Uruguay y luego yo en España, con la idea de llegar a México. Nuestra idea siempre fue hacer libros para todos los lectores de todos los territorios donde se lee en español, y muy rápidamente nos hemos empezado a especializar bastante en ese tema de traer voces nuevas, de trabajar primeras novelas, segundas novelas. De esa manera surgió la publicación de Cometierra, de Dolores Reyes, que está llegando con una serie en Amazon, producida en México.
¿Qué brinda estar con un pie en América y otro en España?
Cuando hacemos literatura desde Latinoamérica tratamos de que las voces sean muy diversas y mi tarea en España es demostrar que hay mucha variedad de literatura latinoamericana, porque muchas veces uno tiene la sensación de que lo que más ruido hace son cosas que representan a Latinoamérica como la ultraviolencia, yo la llamo “la pornografía de la violencia”, parece que debe aparecer mucha violencia para que la gente pueda leer eso de América Latina, cuando la realidad es que hay otras cosas; se escribe también desde la ternura en América Latina y se escribe sobre la vida cotidiana, sobre las cosas pequeñas, sobre las relaciones familiares.
¿Qué tiene el mercado mexicano para Sigilo?
México es una referencia cultural clave para nosotros como lectores, siempre fue un sueño estar en México, es pensar más desde el corazón y la emoción de estar ahí que otra cosa. Además, viajamos mucho a México, obviamente para asistir a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que es donde nos conocimos. Estar en México es participar de la cultura y la lengua española directamente, es de alta importancia para los dos poder intentar que nuestros libros también estén para todas las lectoras y los lectores mexicanos.
¿Han preparado novedades para su llegada a México?
La idea es obviamente que lleguen todos los títulos importantes, sobre todo, que llegue la literatura latinoamericana que publicamos y que sería relevante para todos los lectores. Pero también otras cosas, como El peregrino, que es un clásico de la literatura sobre naturaleza del siglo XX. Con su autor, Jesse Ball, estamos muy comprometidos, con su obra, y la estamos publicando entera de manera sistemática.
Se vienen dos libros más que son grandes apuestas para nosotros: el segundo libro de Salomé Esper, Querer es perder, que son relatos; después de La segunda venida de Isla Bustamante, que fue un boom tanto en Argentina como en España; fue su primer libro, donde hace una versión bastante original del realismo mágico, con una señora que se levanta de su tumba y vuelve a su pueblo como zombi. La otra novela es de una autora inglesa que llevamos unos años publicando, Julia Armfield. Es la bomba esta novela, Ritos privados; es una novela alucinante, tiene todo, cambio climático, relaciones entre hermanas, es una bestialidad total. Pero así vienen libros de María Moreno y María Luque.
¿Todos los géneros caben?
Sí, cabe todo mientras veamos una zona de belleza y de singularidad absoluta, que es lo que buscamos en los libros. No estamos pensando en el género ni en los requisitos ni la extensión ni el tamaño ni la nacionalidad. Buscamos hacer libros que sean singulares y que sean hermosos y cada uno a su manera sin ser parte de una colección rígida.
¿Cuál es su apuesta ante la competencia?
La tarea es siempre buscar a la próxima autora que queremos publicar, aquella que todavía no se ha publicado, ese es un poco nuestro trabajo y nuestra pasión. Esa es la razón por la que nosotros publicamos.