El libro Historias épicas de la medicina, de Eduardo Monteverde, catedrático, patólogo, escritor, documentalista y periodista de nota policiaca, es un compendio de ideas, creencias, anécdotas, descubrimientos, mitos, leyendas y experiencias profesionales médicas.
Con esos elementos articula “una historia del concepto de medicina”, así como la de ciertos médicos que en su complejidad como personas no siempre actuaron como héroes, sino como “canallas” que lucraron con la salud de sus semejantes.
Dirigido a cualquier lector, con narrativa “ágil, detectivesca y lúdica”, la cual llevó siete años de escritura, el libro integra 13 capítulos y puede ser leído “hasta por diversión”.
Historias épicas de la medicina conjuga relatos de “médicos canallas”, por ejemplo, la de Aureliano Urrutia Sandoval (1872-1975), considerado prócer de esa ciencia mexicana, quien fue director de la Facultad de Medicina, pero también secretario de Gobernación de Victoriano Huerta, y mandó matar a Belisario Domínguez. “Prueba y evidencia de que los humanistas pueden ser canallas”.
Otro caso es el británico Thomas Dover (1660-1742), quien egresó de la Facultad de Medicina de Cambridge y lo mismo fue pirata y esclavista, además de que rescató de una expedición al marinero en que se basa la historia de Robinson Crusoe.
Dover fue acusado de envenenar a muchas personas en Londres, por haber inventado unos polvos con opio, pero murió rico y con reconocimiento. La medicina, concluye Monteverde, “es reduccionista y determinista; las células están determinadas a reproducirse o a sucumbir, no hay de otra”.
La historia de esa noción, de la mitología al conocimiento científico, es lo que el lector encontrará aquí.