Luego que la comunidad fotográfica expresara su preocupación por el Centro de la Imagen y señalara las problemáticas que enfrenta —entre estas la interrupción de algunos de sus programas y la falta de recursos—, la institución responde que se está “fortaleciendo”. “Las funciones del Centro de la Imagen se mantienen y fortalecen”, fue la respuesta que dio el CI a la comunidad.
La preocupación de los especialistas en fotografía se debe a que en el nuevo reglamento interior de la Secretaría de Cultura, publicado el pasado julio, el Centro de la Imagen es considerado como parte de la Dirección General de Bibliotecas, que tendrá la atribución de “coordinar, supervisar y dar seguimiento” a su acervo, así como “coordinar, supervisar y apoyar” sus acciones. Con este cambio se teme que el CI pierda su autonomía.
Por su parte, el Centro responde que con este cambio se “reconoce y destaca la especialidad de conservación de sus acervos fotográficos especializados” y que mantendrá su autonomía.
Pero la comunidad también enlistó una serie de problemáticas que delatan la crisis que vive el CI desde hace años: no contar con partida presupuestal propiedad “desde hace más de una década”, rezago de adquisición desde 2018, deficiencias en conservación e infraestructura, pues los talleres están cerrados, no hay sistemas de climatización y humedad en salas; y que fallas en sus programas como Fotoseptiembre, que no cuenta con fondos para tener alcance internacional; la revista Luna Córnea no publica de forma regular, y que la última edición de los Coloquios Internacionales de Fotografía fue en 2017.
A lo que el Centro de la Imagen respondió que este año tiene un ciclo de exhibiciones que han sido visitadas por “miles”, que la Bienal de Fotografía “amplió su alcance”, que aumentó un 20% los Premios de Adquisición, reactivó el Premio Nacional de Ensayo de Fotografía y que está activo el Seminario de Producción fotográfica, pero no dio información sobre los programas cuestionados ni las condiciones en las que se encuentra el recinto.