El lado más íntimo de Juan Gabriel

El lado más íntimo de Juan Gabriel

Netflix estrenó Juan Gabriel: debo, puedo y quiero, una miniserie de cuatro episodios que abre los archivos personales del Divo de Juárez para mostrar al hombre detrás de la estrella: su infancia, sus heridas, sus amores y la voz que marcó generaciones.

Juan Gabriel murió el 28 de agosto de 2016, a los 66 años, pero su voz sigue siendo parte del ADN musical de México. Por otro lado, sus frases, como “Lo que se ve no se pregunta”, continúan siendo un referente cultural y uno de los memes más virales de redes sociales.

La leyenda de la música mexicana fue autor de más de 500 canciones, interpretadas por artistas de todo el mundo, y su obra sigue viva en cada fiesta, funeral o celebración donde alguien necesita cantar.

El proyecto, dirigido por María José Cuevas, reúne videos, fotografías y grabaciones inéditas que el propio artista guardó durante más de cuatro décadas. Además, incluye testimonios de sus hijos, amigos y colaboradores cercanos.

En primera persona

Esta serie permite que Alberto Aguilera Valadez narre su historia con la honestidad, sensibilidad y brillo que siempre lo caracterizaron. El documental Juan Gabriel: debo, puedo y quiero ya está disponible en Netflix y se compone de cuatro capítulos titulados con algunas de sus canciones más emblemáticas: “No tengo dinero”, “Debo hacerlo”, “Pero qué necesidad” y “Amor eterno”.

El origen de su nombre

Nacido en Parácuaro, Michoacán, y criado en Ciudad Juárez, el joven Alberto descubrió su pasión por la música a los 13 años, cuando cantaba en autobuses y bares fronterizos bajo el nombre de Adán Luna.

Su talento y su carisma lo llevaron a la Ciudad de México, donde, tras varios rechazos, consiguió firmar con RCA y adoptar el nombre que lo inmortalizaría: Juan Gabriel, en honor a su padre Juan y a su maestro Gabriel. “Juan Gabriel en el escenario es un estupendo cantante… pero fuera de él soy Alberto Aguilera”, se escucha decir al artista en uno de los fragmentos más emotivos del documental, marcando la dualidad que lo acompañó toda su vida.

El proyecto también aborda las sombras detrás del ídolo. Desde niño, fue enviado a un internado y, más tarde, sufrió abusos y discriminación por su forma de ser tan amorosa y cariñosa.

A los 20 años fue encarcelado injustamente en la prisión de Lecumberri, acusado de robo. Ese encierro cambió su destino: conoció a la cantante Enriqueta Jiménez, “La Prieta Linda”, quien intercedió para liberarlo y presentarlo con la disquera que lanzaría su carrera.

Estas experiencias, según la serie, forjaron su carácter resiliente y el espíritu empático del compositor, rasgos que impregnan cada una de sus canciones, todavía presentes en la memoria colectiva del país.

Uno de los momentos más conmovedores del documental es la pérdida de su madre, Victoria Valadez Rojas, en 1974. Su partida lo devastó y dio origen a “Amor eterno”, la balada que años después popularizó Rocío Dúrcal y que se convirtió en símbolo universal del amor y el duelo.